Ha habido algunas reflexiones interesantes y algunos chascarrillos realmente jocosos.
Creo que todos como aficionados al cabo del tiempo conocemos el valor de las piezas que vemos en nuestro día a día. No estoy seguro que esto sea un conocimiento popular para todas las personas que nos cruzamos por la calle, pero sobre entiendo que hablamos de los clásicos relojes de prestigio. Trato de redirigir un poco la conversación. Creo que la cuestión de base no esta en la capacidad económica de cada uno, sino en el disfrute o la restricción que puede imponer el uso de un determinado reloj. No voy a afirmar que lo mismo ocurre al revés, pero parece razonable pensar que acudir a un acto formal de una forma demasiado informal también corta la libertad en los términos de la pregunta inicial, aunque para mi es más un asunto de llamar la atención demasiado y sin necesidad que de falta de libertad.
Este ejemplo sobre la ropa y el contexto, que es un poco burdo creo ilustra lo mismo ocurre con ciertas piezas. Hay contextos donde ser discreto es la mejor opcción si uno quiere evitarse un disgusto. ¿Significa esto que me limita la libertad? En mi opinión no, tengo una idea más o menos realista de como se va a desarrollar mi día a la hora de seleccionar mi vestimenta por la mañana. Tampoco me atrevo a afirmar que el resto de las personas lo vayan a vivir a si. A nivel dato estadístico yo contesto que ahora mismo no siento que me quinten la libertad...
Como confidencia yo no suelo reparar en el esfuerzo que supuso la adquisición de la pieza, pero siempre que miro un reloj de deleito con los detalles hasta el punto de que en ocasiones tengo que consultar el reloj varias veces para conocer la hora.