/DESPEDIDA DE UN MERCANTE/
Bueno, muchos no sabréis ni quiénes sómos ni que hemos existido, pero ahí va nuestra despedida, resumen y agradecimiento.
Pues como se dice en estos casos, aún a riesgo de resultar poco original, fue bonito mientras duró. Me lo dijo el Maximum Moderator al presentarle la idea: es un proyecto muy loable y bonito pero es demasiado idealista. No durará. O no durará así. Y tenía razón. Por eso él tiene un gran foro y yo soy sólo un forero de a pie...
¿Por qué era demasiado idealista? Pues porque aunque algunos no quisieron creerlo era un proyecto basado únicamente en recuperar relojes vintage. No era un negocio de compraventa. Y por tanto era un trabajo con demasiadas fases que resultó muy exigente para una sola persona, y más cuando el principal objetivo era moral –el placer de devolver a la vida relojes antiguos abandonados a su suerte- y no económico. Por lo que hace a esto último, me conformaba con no perder dinero, no hacía falta ganarlo (aún no entiendo por qué c*** no se lo creyó casi nadie, ésto, siendo verdad…).
Me gustaría explicar algunas cosas del proyecto, por si a alguien le pueda servir de algo para el futuro.
Durante meses, hubo una inversión y labor de zapa previa y constante en mercadillos, relojerías, tiendas varias de segunda mano, Internet, fundaciones de recogida de objetos varios, ferias de antigüedades, contactos diversos, más mercadillos, más ferias, con el objetivo de encontrar relojes vintage maltratados o poco apreciados y devolverlos a la vida. Esto fue fácil, ya que como nadie sabía que existía STV, íbamos sin prisa. Y cuando estuvieron, arrancamos.
Aún así, era una tarea con cierto riesgo, ya que es muy difícil en una primera observación acertar siempre si una pieza es reparable o no, si iba a poderse encontrar o fabricar un recambio, si era simplemente una cuestión de limpieza y engrase… Y a veces me dejaba arrastrar por la ilusión y compraba y restauraba relojes que sabía que como máximo se iban a vender por la mitad de lo que costaba adquirirlos y repararlos. Sólo por el placer de hacerlo.
Y como además la voluntad de STV era vender barato –para popularizar el uso diario del reloj vintage- pero quien tiene un vintage casi siempre se cree que tiene un tesoro, encontrar piezas que se pudieran recuperar y dejar en un estado impecable y a la vez se pudieran vender a un precio decente sin perder dinero (ganarlo ya sería la hostia, parafraseando el viejo chiste de Eugenio) era una ardua labor, lo que supuso que una vez en marcha no pudiéramos renovar stock al ritmo de las ventas o con al menos buena periodicidad.
Así que, paradójicamente, el éxito inicial acabó con nosotros.
No esperábamos agotar tan rápido lo inicial y al no poder renovar stock con celeridad –por las propias características del proyecto, que depende del azar para encontrar y del tiempo para reparar- la dinámica de renovación empezó a suponer una fuente de estrés y a no poder cubrir el coste invertido en las piezas no reparables (o las que resultaban más caras de reparar de lo previsto), más el coste del espacio a satisfacer a Relojes Especiales. Así que se nos puede aplicar aquello de “morir de éxito”.
En el camino conseguimos reintroducir casi 150 piezas, algunas excepcionales, muchas de las cuales se hubieran perdido para siempre. No está mal. Es suficiente legado para no tener la sensación de haber perdido el tiempo. Pero unas cuantas más se quedaron en un cajón sin poder repararse, comiéndose el escasísimo margen comercial. Como dije antes, tampoco me importaba mucho, porque no era cuestión de ganar dinero, sino de recuperar relojes sin perderlo. Pero al final los números eran demasiado rojos y el tiempo empleado muy alto (cuando me saludaban por mi nombre en los chinos donde compraba los sobres y en Correos, señal de que iba demasiadas veces...
).
Y señal de que el proyecto no estaba del todo bien planteado, pese a su magnífico arranque, o que no tenía yo la suficiente habilidad para no equivocarme nunca, única manera de mantener el nivel de ganancias/pérdidas equilibrado.
Y mucho trabajo para una sóla persona, aunque me ayudara mi MDD (que no discute nada en temas relojeros, por cierto): desplázate - busca - compra - lleva a limpiar/reparar - recoge - busca correa - fotografia - investiga/documenta - escribe anuncio - cuelga anuncio - contesta preguntas - empaqueta - envía.
Podría haber optado por la compra-venta pura y dura para compensar. De hecho varias veces se nos ofrecieron relojes para revender. Pero no era la idea. Sin tener nada contra ella, la idea inicial era más romántica. Lo dicho, todo un poco demasiado idealista.
Aunque en general como experiencia ha estado muy bien. Ha sido intenso, divertido, formativo... También es cierto que hay gente para todo, y si sumamos al esfuerzo físico y psicológico de tener que emplear los fines de semana en la búsqueda de piezas y las tardes en constantes visitas al relojero o a Correos, la difícil (en algunos casos muy pero que muy difícil) psicología de algunos compradores –con la que ya contaba, pero que no por ello deja de estresar- al final un día te encuentras dándole vueltas al temido “¿Y yo para qué cojones estoy haciendo esto?”. Y entonces es cuando llega el momento de dejarlo. O sea, ahora.
Agradecimientos antes de la palabra FIN me gustaría hacer unos cuantos: A Relojes Especiales entendido como su cabeza visible, porque se lo creyeron y les hizo ilusión albergarnos. Y además defendieron el proyecto ante iniciales ataques muy mal intencionados que no vale la pena recordar, pero que afortunadamente con el tiempo se pudo comprobar que no sólo eran infundados sino que eran tremendamente mezquinos, envidiosos y pobres de espíritu y desenmascararon a algún forero al que me avergüenza reconocer que por un tiempo consideré amigo (ahora le conocemos por “La rata”).
Me fastidia no haber podido responder durante más tiempo a la confianza de RE, pero muchas gracias en todo caso.
A los que me ayudaron y animaron al principio (excepto al mencionado hace un momento, por supuesto, que luego ya descubrí por qué lo hacía) por su apoyo y colaboración. Ellos saben quiénes son.
A AEKI (Damián), parco forero pero excepcional relojero y persona. Su amabilidad y buen trabajo le han hecho muy popular en el mundillo vintage. Me alegro mucho por él y de haber contribuido en algo a ello, porque ahora disfruta mucho más con su trabajo que cambiando pilas; pero desafortunadamente esa popularización también supuso un muy notable incremento de trabajo y resultó en una dilatación de plazos de entrega que ralentizaba la renovación de stock. Y claro, en un proyecto basado en restaurar relojes, afectó un poquito. Y él era parte del proyecto STV; con otros relojeros no era lo mismo, ni de trato, ni de precio ni de fiabilidad. Así que AEKI forma parte tanto del auge inicial como de la caída final del Imperio STV…
Un gran abrazo, tío (y acábame pronto ese Polerouter
)
Y por supuesto, a la gran mayoría de los compradores que confiaron en STV y en la honestidad del proyecto. A todos, pero especialmente a los seis o siete repetidores habituales, algunos de los cuales son casi amigos ya.
Ha habido pocas incidencias y cuando las ha habido se han solucionado creo que siempre con honradez y amabilidad. El resto ha sido la parte más agradable de todo esto; los mensajes de agradecimiento e ilusión que se recibían cuando alguien tenía el reloj en sus manos, la satisfacción de los relojes comprados para regalo y que eran un éxito, la confianza en nosotros para restaurarlos más allá de simplemente comprárnoslos, los mensajes de ánimo y agradecimiento. Muy bien todo. Y si en algún momento no se ha estado a la altura, pido disculpas. No fue por dejadez, sino por no saber más.
Pero con tanto movimiento y ver pasar relojes hay otra consecuencia indeseada: llega un momento en que te das cuenta de que empiezas a odiarlos. Que ya no sabes si ése lo has vendido tú, ha pasado por tus manos o si lo has visto alguna vez o sólo te suena del foro. Que se convierten en productos en vez de en objetos apreciados. Y eso no puede ser. Porque uno era antes aficionado que restaurador/vendedor y era antes forero que mercante, con lo cual es hora de bajar la cortina y dedicarme a disfrutar de nuevo de ellos de una manera relajada.
Que eso, por querer salvar al vintage, se estaba estropeando el vintagero. O sea, yo.
Fue corto pero intenso y divertido, lo reconozco. Y he aprendido mucho.
Así que un fuerte abrazo a todo el mundo,
incluso a los que no creyeron en el proyecto STV y lo criticaron por razones que ellos sabrán.
LuisG
PD1: para que no queden dudas y aunque creo que ya se ha entendido por lo de más arriba, exceptúo del abrazo general a un forero.
PD2: cerramos del todo a final de diciembre, cortesía de Goldoff. Liquidaremos a precios de ganga algunas cosas que ya están puestas y otras que pondremos en los próximos días. Rollo “liquidación por cierre”. Corran que ese crono Titus de oro a ese precio es una ganga.
PD3: gracias de nuevo, ha sido cansado y duro pero estimulante y divertido, por si no había quedado claro.
PD4: ¿Véis como es verdad que los vintages son relojes aptos para uso diario??
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PD5: si tiene Vd. un arranque de idealismo, salve focas. Lo de los relojes cansa mucho.
