Cuando abrí este hilo no descartaba alguna reacción ridiculizando a los paranoicos a los que no nos cuadra la verdad oficial (si es que la hay porque casi nadie tiene claro exactamente cuál es, por cierto) y también alguna reacción más agresiva, aunque también esperaba discrepancias más civilizadas del estilo (“creo que ya se sabe todo”, “a mí me convence la versión oficial” etc), pero éstas casi no se han producido. Estamos en los extremos.
Aún a riesgo de echar más carnaza me voy a exponer (a mí mismo) a contar qué me pasó por la cabeza aquellos días.
El shock inicial dio paso a la desolación. El día 12 por la mañana compañeros ya comentaban que la noche anterior en la SER se hablaba de terroristas suicidas y de ataque islámico. En ese momento sencillamente no hice caso y pensé que era un desvarío.
Asistí por la tarde a la concentración en la plaza del pueblecito donde vivía entonces. Mucho silencio, algunos sollozos, el solemne y triste doblar de las campanas. Me acompañaron mi esposa y un buen amigo, que es algo más que simpatizante del PSOE, tiene mucha relación con los militantes aunque no paga cuotas. Nos queremos demasiado para hablar de política.
Recibió un “pásalo” citándolo para otra concentración el día siguiente, 13 de Marzo de 2004. Yo en ese momento estaba demasiado aturdido para darme cuenta de qué se trataba y me apunté al asunto. Era momento para estar todos juntos, para llorar juntos, para reconfortarnos ante el dolor que nos habían causado (igual que el año pasado con el Mundial fue una fantástica ocasión que aprovechamos para unirnos, regocijarnos y celebrar juntos por las cuatro esquinas de España).
La noche del doce, cuando volví de la concentración con mi esposa improvisé con una corbata un crespón negro que colgué en la ventana, no pude contenerme más y lloré como un niño, no me avergüenza reconocerlo. Pusimos la tele para ver la concentración de Madrid. En ella ya había gente gritando “¡¡¿quién ha sido?!!” Os juro que pensé que era gente indignada por el silencio de ETA, que no tenía aún los arrestos de vindicar aquella atrocidad. Yo mismo lo hubiera gritado.
Fue la tarde siguiente, el 13, cuando se me abrieron los ojos. Cuando llegué allí con mi compañero empezó a llegar gente con pitos, trompetas de plástico de las que hoy llaman “bubucelas” y cacerolas. Supongo que la gente que había allí dentro de la sede del PP pasaría miedo. Por mucho que algunos lo justifiquen yo no pienso que se merecieran los insultos (yo tampoco los merezco ¡ ojo!) Al grito de asesinos llovieron huevos y pintura. Me marché tan rápido como pude con mi amigo y un mal sabor de boca que todavía me dura. En lugar de estar unidos como cuando lo de M.A. Blanco, estaba en medio de una deleznable batalla política en la que, allí simbolizados por esos huevos, lo que se lanzaban eran los muertos, aún calientes, a la cara del enemigo.
Oí en un resumen informativo al canario López Aguilar culpando del atentado directamente a nuestra participación en Irak y, aparte de las nauseas, en mi cabeza sonó un “click”. Será que en ese momento me convertí en conspiranoico como también lo era mi admirado Julio Anguita (sospechoso de ser un facha rabioso) que en una entrevista en 2009, para mi descarga, dijo entre muchas cosas sustanciosas que confesaba que “él lo veía tan oscuro como muchos ciudadanos” y dejaba caer la posible intervención de potencias exteriores en el asunto.
En aquel 13 de Marzo nada me cuadraba. La fulgurante salida de Prisa el mismo 11-M diciendo que había suicidas, la rapidez con que aparecían pistas que iban a conducir a los “islamistas” antes de las elecciones, las manifestaciones y ataques contra el Partido Popular. Todo daba la sensación de estar tan coordinado como una coreografía. ¿Cómo un golpe semejante no pilla a la oposición y sus medios aturdida también por el brutal impacto? No, estaban prestos para salir al ataque y lo hicieron de forma rapidísima, ordenada e implacable.
Me sentía horrorizado y asqueado ante todo aquello. Ni siquiera nos habían dejado un poco de paz para guardar el duelo. Lo que tuve claro, es que si había un granito de arena que poner lo pondría para impedir que se salieran con la suya. Con Goyo Ordoñez lo consiguieron. Con el intento de asesinato de Aznar no tuvieron suerte y tengo claro que su partido hubiera sufrido una hecatombe tras su muerte y que se habrían adelantado las elecciones para pillarles en medio del naufragio ( pese a que ganó las elecciones el PP mi opinión sobre aquella operación tampoco ha variado, señores que me acusan de pensar así, porque no ganó en 2004 un partido del que no era entonces ni simpatizante). Y mi sentido de voto, que sin Anguita iba directo a la abstención, fue al Partido Popular, mi cambio fue justo al contrario que el de la mayoría ( aunque no me gustó como se gestionó Irak y presentaban al peor candidato que podrían ..sí, en esas circunstancas los voté y qué?).
Aquella certeza subjetiva y personal, nada más que apoyada en las sensaciones que me produjo todo lo que se desplegaba a mi alrededor, fue tomando cuerpo, más y más peso conforme pasaba el tiempo, antes incluso de las investigaciones periodísticas de abyectos medios antiprogresistas.
Las casualidades en este mundo a veces son providenciales. Y una de estas es que durante muchos años he sido vecino de veraneo de una persona muy cercana a la instrucción. Era amigo de mis hermanas mayores y yo compañero de juegos de su hermana pequeña. Nos conocemos de toda la maldita vida. Un tipo muy estudioso, aunque nunca le vi excesivamente lúcido, que le vamos a hacer. Progre de toda la vida, lo digo sin connotación peyorativa, aclaro. Lo que más me indignó fue lo que le contestó la madre del interfecto a mi tía, cuando se la encontró en el pueblo, en relación al caso. Aquello me despejó bastantes dudas sobre la fiabilidad del resultado que podía arrojar la investigación.
Y el resto ya lo hemos visto. Casualidades como que la tan traída mochila, una de las evidencias clave que sirve para tirar de todo el hilo, no apareció en ninguno de los exhaustivos inventarios de las estaciones, ni en Ifema, sino justo en la comisaría del tipo que luego realizaría las primeras detenciones políticas de la democracia (aquellos militantes del PP agresores de Bono, sin pruebas, denuncia, ni orden judicial, sólo al dictado del ministro Alonso). Ni que decir tiene lo de la archifamosa Kangoo de la que desaparece la tarjeta del Grupo empresarial Mondragón del salpicadero (que no orquesta, por si los chistes) ((¿puesta para llamar la atención?)). Furgo en la que los policías que se meten dicen ver prácticamente vacía, en la que no aparecen huellas ni ADN, que sí están en las ropas, detonadores, garrafas, mazas,... que se materializan luego dentro convirtiéndose en 100 evidencias, durante la hora larga que está a merced del jefe de Tedax, joder con las casualidades (imputado por manipulación de las pruebas por 600 víctimas y por la cosnpiranoica magistrada Coro Cillán). Según el guía canino en el juicio, es imposible que transportando allí tal cantidad de explosivos, por muy envueltos que estuvieran, los perros no detectaran nada, tan solo unas horas después.
No digamos la ocultación de la presencia de metanamina al instructor Juan del Olmo, precisamente en un informe de S. Manzano, dado que aparece en las pruebas del coche pero no en la mochila de Vallecas, y eso era un problemón.
Y así podríamos seguir hasta el fin de los tiempos.
Pero ¿de verdad la obstaculización por parte del gobierno a la investigación al jefe de Tedax, no os despierta ninguna incógnita? ¿Ni tampoco que se falsificaran informes periciales, como el del ácido bórico, para borrar la mención a ETA, por intrascendente que fuera el mismo? ¿Por qué se toman esa molestia?
La sentencia no hace otra cosa que evidenciarse en pruebas como la mochila, la furgoneta, que llevan al locutorio, a la casa de Morata... y de los trenes ¿qué? Sólo el ftalato de dibutilo que como evidencia de la goma dos, es falaz, ya lo explica la pericia, que apunta hacia el DNT (componente del Tytadine). ¿Tampoco genera dudas que se oculte a las partes dicho informe de los peritos, no se incorpore al sumario, y luego se condecore a Bermúdez?
En fin, todo subterfugios y manipulaciones, ¿no?
Ojalá algún día se esclarezca todo. Muchos españoles, creemos que hay suficientes indicios y dudas razonables para seguir investigando hasta que se despejen meridianamente todas las incógnitas. Qué se aclare, quién, cómo y por qué. No entiendo la negativa de tantos a que se investigue. ¿Qué puede haber en contra de conocer la verdad? ¿Piensan que está todo sabido?
La verdad, no tengo mucha fe, en que eso ocurra, porque el propio PP no parece precisamente muy interesado en desenterrar nada.
Si este atentado no cambió la intención de voto de una mayoría suficiente para voltear el resultado, ¿Por qué se acusa a aquel gobierno de ocultación con fines electorales? ¿Qué urgencia había en que se dijera que eran islamistas antes de las elecciones si eso no influía en nada? Algo no cuadra en el argumento, ¿no os parece? Lo cierto es que, por el contrario, hasta los leones de piedra de las cortes tienen claro que aquel atentado cambió todo.
Y os pregunto a ¿os pareció correcta la actitud de la entonces oposición y sus medios en aquellos tristes momentos? ¿Da igual lo de inventar suicidas, violar la jornada de reflexión y cercar las sedes? ¿No hay censura alguna para eso? Para mí el fin no justifica los medios, por muy mal que cayera Aznar. Ya lo he comentado, me pareció algo completamente censurable, mezquino y hasta miserable lo que ocurrió entre 11 y 13 de Marzo. No creo que tenga parangón en democracia occidental alguna ¿O es que por la actitud de este gobierno de apoyo al régimen cubano, se justificaría que los anticastristas volaran a 200 españoles? Por Dios. ¿Alguien saldría a culpar a ZP del atentado? O si los islamistas repitieran, por Afganistán y Libia, ¿no sería la culpa, única y exclusivamente de los terroristas?
Sé que me he granjeado con este hilo viscerales enconamientos de algunos, qué le vamos a hacer. No puedo menos que hurtar el argumento del alineamiento ideológico, no sé si los que lo hacen son ellos mismos adscritos a partido o sindicato y me importa un putopito, porque hace mucho que no creo en las ideologías, que en la mayor parte de los casos no generan más que incongruencias en las personas. Si me da la gana voto a Esperanza Aguirre igual que voté a Anguita o al pescadero de la plaza, que va en la lista de los independientes del pueblo.
Y a los que habéis llegado hasta aquí, gracias por leer este ladrillo. Al menos coincidiremos en el amor por los relojes.