Bueno, para empezar, todos estamos opinando. Aquí nadie habla de verdades reveladoras ni dogmas. Así que creo que deberías releer lo que escribí sin asumir antes qué es lo que estoy diciendo.
Creo recordar que las camisetas de futbol de Adidas se fabrican en Tailandia (o eso ponía la propia etiqueta). Yo en ningún momento digo que haya que comprar la falsa, ni siquiera digo que sea igual. Lo que digo es que no sabemos cuánto les cuesta hacerlo ni si el precio que pagamos ahora tras 4 años de éxito está o no justificado (incluyendo lo que cobra el camionero y la camarera que le pone el café). De hecho digo que es interesante porque me lo parece, y es algo que me gustaría saber. Yo he pagado 600 euros por una prenda de nieve, y te aseguro que la prenda NO los vale. 200 euros de esa prenda son costes de la moda, ni más ni menos. Cuando estuve en EEUU en el 98, me compré unos pantalones de carpintero que me costaron 20 $ en un Walmart en Bozeman, Montana. Cuatro años después, Carharts estaba de moda entre los skaters, y esos pantalones costaban aquí, en España, más del triple (y no era para pagar los salarios de los intermediarios).
Lo de probablemente "un menor de edad" es porque a ambas marcas, Nike y Adidas, a principios de este siglo les llovieron críticas porque se descubrió que tenían fábricas de balones en Pakistán donde trabajaban niños. Fué bastante polémico y tuvo su repercusión. Pero más allá de todo eso, la edad mínima para trabajar en Tailandia son 15 años, lo cual es a mis ojos un menor de edad.
En cuanto a lo del poder adquisitivo, obviamente depende de cada uno. Pero si quieres comprarte un buen reloj, con una réplica no lo estás haciendo. Así que no entiendo esa parte. Ya dije antes que para mí no hay diferencia entre una persona que se compra una réplica para fardar y otra que se compra uno real para fardar, salvo la cantidad de dinero que maneja.
Yo lo que digo, y es sólo mí opinión (no estoy obligando a los demás a pensar lo mismo), es que el problema de las réplicas está en aquellas que intentan hacerse pasar por auténticas con el único fin de estafar al comprador.