Te entiendo. A mi si me ha pasado. Tengo una colección de relojes, quizás demasiada amplia. No los uso todos, ni mucho menos. Al igual que muchos otros objetos, los colecciono porque me gusta su diseño, su historia, porque tengo una historia personal con ellos. Al final acabo en la muñeca, salvo ocasiones especiales, con los de siempre. Pero ahí están en mi caja, me gusta verlos, enseñarlos, investigarlos. La cuestión es que cuando me entra la obsesión por un reloj, esta presente en la mente hasta que lo consigo.
Me quedé sin caja para guardarlos, por lo que mis últimas adquisiciones se quedaron, incluso, en los sobres de envío. Al recibir la nueva caja para guardar mis relojes, he de reconocer que al abrir algunos sobres y cajas, se convirtieron en agradables sorpresas para mi, ya que no recordaba haberlos conseguido.
Se que puede sonar muy raro para las personas con devoción por los relojes, pero para personas, como es mi caso, que tenemos los relojes como un elemento más de colección, y que además se junta con que somos un pequeño desastre de organización(soy benévolo, soy un completo desastre) .... Puede pasar.
Un saludo