Os resumo los frutos de mi investigación al respecto, que me proporcionó esos momentos de gozo que todos conocéis de echar unas cuantas horas en descubrir cosas en esta afición que tenemos.
Yo mi colección la voy haciendo de complicaciones, y llegó el momento en que mi presa era el turbillón. Por el mero placer de comprender la microtecnología involucrada y ver qué opciones había disponibles, me puse a la caza.
En realidad a mí no me chifla esta complicación especialmente, y tampoco me gustaron nunca los open heart (me resultan ostentosos, y en general soy más de relojes understated, que dicen los sajones). Pero le reconozco un gran mérito. Junto con el perpetuo, el repetidor y el cronógrafo forman la terna de las cuatro grandes complicaciones que dejan boquiabierto. Y por tanto yo la tenía que tener.
Y me parece increíble que los chinos estén haciéndolos. Por mucho que sean copias, requieren sin duda de gran maestría relojera comprender y reproducir los inextricables originales. Además, toda la industria ha copiado y sigue copiando el Turbillón original de Breguet, salvo nuevas patentes que son contadas. La mayoría de calibres de todos nuestros relojes son en cierta medida copias y evoluciones de anteriores. No sé cuántos ETA están basados en antiguos Lemanias, Venus o Minervas, pero apuesto a que casi todos.
Lo increíble de los chinos es que todo es manufactura, son movimientos propios, sospechosamente parecidos a los suizos, sí, pero con todos los componentes in-house y casi siempre intentando mejorar los originales en simplicidad (un Turbillón es endemoniadamente difícil de ensamblar en cualquier sitio, así que en China tratan de modificar el diseño para lograr simplificar la operación) y robustez (y ajuste, los buenos turbillones chinos tienen balance atornillado, que permite ajuste fino), y desde luego costes (el gran reto de la ingeniería es reducir precios manteniendo unos estándares de calidad, lo que ha sido posible por la reciente feroz competencia entre los fabricantes chinos de turbillones). Para mí tiene mucho mérito hacer un calibre manufactura aunque sea copiando, y máxime con un coste imbatible. Pero bueno, cada cual valora lo que le interesa en un calibre y en su reloj.
Volviendo al asunto. Los turbillones chinos son de dos tipos: los Flying Carrusel tipo Blancpain, y los Turbillones Coaxiales tipo Breguet. El Flying tiene desplazado el eje del balance del eje de giro de la caja del turbillón. Esto implica un balance pequeño, y también muy pequeños escape y áncora, que van girando con él. Se distingue también porque no tiene puentes, y al estar sujeto desde detrás, parece estar flotando, lo que además le da menor grosor al calibre. Por su parte, el Turbillón Coaxial tiene eje del turbillón y balance coaxiales, resultando el balance más grande que en el Flying, y además está sujetado al calibre por dos o tres puentes.
Cada uno tiene su punto. En el primero resulta fascinante ver balance, escape y áncora orbitar el eje del turbillón en contrafase, y es bonito el efecto de levitación. En el segundo es bonito el mayor tamaño del balance, y por lo que he leído, es más robusto a golpes al estar todo sujeto en un único piñón.
Los Flying Carruseles los hacen tres grandes fabricantes: Beijing, Tiajin (Seagull) y Liaoning (Million Smart). Los Turbillones Coaxiales también tienen tres grandes productores: Shanghai, Hangzhou (PTS) y Guangzhou/GuangDong (Dixmont).
Los describo con un poco más de detalle.
Liaoning 5010: Flying Carrusel. Parece ser que no son buenos calibres, son más baratos y de gran tirada, usados sobre todos en réplicas y fakes, y con problemas de fiabilidad. Se distinguen fácilmente por sus cuatro tornillos decorativos (no funcionales). A veces tiene puentes hacia el calibre, pero son meramente decorativos, pues es un Flying. Un ejemplo está en la foto de debajo
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Beijing: Flying Carrusel. El turbillón de Beijing, al igual que el de Shangai, se ha posicionado en un segmento más alto (según el estándar chino), evitando la guerra de precios que han llevado a cabo sus competidores. Por esto se perciben como mejores, pero en opinión de los expertos no hay tanta diferencia con los demás. Beijing es una marca reputada, habiendo producido recientemente el primer repetidor de minutos chino. El movimiento turbillón es extraño, como se ve en las fotos de debajo, con un tallado de alas de pájaro
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Tianjin (Seagull) ST80 (o ST8000): Flying Carrusel. Parece ser uno de los más atractivos, de gama alta (según el estándar chino) pero con una buena relación calidad-precio. Se dice que es muy fiable. Es la mejor copia china del de Blancpain. Yo es el que tengo y en 2 años no me ha dado ningún problema, corre suave y robustamente. El movimiento es muy elegante según mi opinión, tanto en el anverso como en el reverso. La caja del carrusel tiene forma de pájaro, con un ridículo diamante en la cabeza que hace las veces de trotadora del segundero. Una particularidad es que este calibre es de agujas ligeramente descentradas hacia las 12. He oído que Seagull ha producido un turbillón coaxial recientemente, pero no lo he visto.
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Shanghai Classic SH F8: Turbillón Coaxial. Igual que Beijing, posicionado en la gama más alta y sin entrar en la guerra de precios de sus competidores. Shangai ha logrado hacer también un turbillón orbital, un doble y un triple turbillón. Si veis un turbillón chino con un puente que atraviesa el movimiento, probablemente sea un Shanghai. Es la copia china buena del turbillón de Breguet, y de hecho se ve en réplicas de esa marca. Tienen buena reputación de calidad y fiabilidad
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Hangzhou (PTS) FD3091/FD3310/FD3900: Turbillón Coaxial. En la gama baja/media, de gran tirada y bajo precio. No hay consenso sobre si es fiable o no, pero el movimiento se considera atractivo. No tiene puentes, por lo que es un Flying Turbillón, solo que en este caso coaxial, no tipo Carrusel
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Guangzhou/GuangDong (Dixmont) DG8101: Turbillón Coaxial. Se distingue bien porque las agujas están notablemente descentradas, mucho más que en el Tianjin y el Hangzhou. Es de gama baja, con alta producción y bajo precio. Es el único de todos los presentados que es automático, siendo todos los otros de carga manual (aunque han salido recientemente o saldrán en breve variantes automáticas de casi todos ellos)
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Y una vez presentados los seis movimientos que dominan (o dominaban cuando yo lo investigué) el mercado chino, mi opinión personal.
Mi problema con los turbillones chinos no es que los calibres sean una copia, casi todos los movimientos de casi todos los relojes son copias de unos pocos pioneros, sino que los relojes en sí sean una copia. Respetando a quien le guste, a mí me chirría un reloj chino con nombre explícitamente francés, con esfera guilloché, o con números romanos, me resulta completamente impostado. Preferiría mil veces que integrasen sus meritorios movimientos copiados en un reloj con más carácter propio. Parece que han hecho el logro tecnológico, y lo arruinan con el estético.
Por tanto, yo me alejé de eso y traté de buscar algo más… chino. Obviamente estaban los de Kiu Tai Yu, que me parecen increíbles y estoy completamente enamorado de ellos, además del mérito de ser un artesano pionero. Pero son inaccesibles para mi bolsillo, y aunque pudiese comprarlos, relojes tan caros no casan con mi forma de entender mi afición y mi colección.
Y llegué a Jintuofei. Una marca absolutamente desconocida, pero que desde mi punto de vista tenía cosas interesantes, trabajando mucho con esferas de enamel pintadas a mano en tiradas muy pequeñas, ¿qué hay más chino que la porcelana?. Aunque eran bastante más caros que los 600€ que comentáis, decidí hacerme con uno. Una esfera de enamel, sin ser una complicación per sé, sí tiene una artesanía que no había en mi colección hasta ahora. Luego he leído algo sobre el trabajo en enamel, su historia, su ocaso y resurgimiento, sus distintas técnicas (cloissoné, champlevé, guilloché, grand feu…), la miniaturización, y me ha gustado mucho.
Elegí uno con carpas rojas. Vino muy bien presentado, y según mi opinión está razonablemente bien acabado. Os pongo unas fotos del reloj.
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Como comenté en un post anterior, no es para todos los gustos. Aunque no me lo pongo mucho, hay gente que me ha dicho lo feo y hortera que lo encuentra. Pero a mí plim.
Como siempre, yo sé lo que llevo y por qué lo llevo, y en este caso estoy orgullosos de este reloj, que admiro con satisfacción. A mí me encanta, y disfruto mucho viendo el turbillón girar con sus distintos elementos en sincronía, e imaginando todo el trabajo que hay detrás.
Y como todas las otras piezas de mi colección, me ha permitido el placer de la exploración esta complicación, entender un poco mejor el mercado chino, y descubrir las técnicas del enamel.
Para mí, en esto consiste esta afición, en ilusionarte con algo, investigarlo, finalmente lograrlo con esfuerzo, y disfrutarlo, mientras siempre hay ya un nuevo proyecto que reclama caprichosamente tu atención y tiempo.