La idea es presurizar la caja a la mitad de la presión máxima que va a soportar. Eso quiere decir que a presión atmosférica el reloj estaría soportando la misma presión que a 12.000 metros, es decir, 600 ATM. Y a 6.000 metros las presiones se igualarían en el interior y el exterior, por lo que la caja, el cristal, las juntas,...no estarían sometidas a ninguna presión. Esto permitiría una caja de menor tamaño.
En cuanto al fluido interior, lo mejor sería algún tipo de alcohol, precisamente por lo que comentas. La baja densidad de estos líquidos tendrían menos efecto en las partes que se mueven a alta velocidad. Y estas deberían tener una masa, tamaño y una forma que le permitieran moverse con cierta soltura dentro de este fluido, aunque está claro que habría que olvidarse de las alternacias por hora de los relojes normales.
Son sólo conceptos teóricos que se aplican en otros campos tecnológicos, y seguramente no tendría ningún sentido hacerlo en relojería de lujo.
Sólo los he comentado porque me gustaría ver cualquier cosa que saliera de lo normal, que innovara, funcionara y se pareciera lo menos posible a lo que estamos acostumbrados a ver.
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