nosferatus
Habitual
Sin verificar
Voy a contaros una historia relojera un poco larga, pero que demuestra que personas buenas y malas hay en todas partes, lo que es una obviedad, pero os cuento mi experiencia personal (con principio malo y final feliz).
Hace un par de años los ladrones se metieron en mi casa y arrasaron con un puñado de buenos relojes. Como ya lo conté en su día y trato de olvidarlo, no me extenderé más.
La cosa es que entre los relojes robados estaba el Crepas LeGrand, número 58. Cuando te arrebatan algo, lo que más sientes es lo que no es recuperable, y el LeGrand no lo era, al ser una serie limitada muy pequeña y un reloj muy especial. Rápidamente los compañeros de otro foro y Ana y Pablo de Crepas se pusieron en contacto conmigo para ayudarme a resolver la pérdida, lo que agradecí por la solidaridad demostrada y rechacé porque considero que hay problemas económicos más graves a los que aplicar la solidaridad y el mío no lo era. Pero bueno, eso no hace al caso, como tampoco los montones de mensajes que me llegaron de RE y que de nuevo agradezco y me desmontero ante vosotros.
Lo cierto es que Crepas -gracias públicas les sean dadas- me vendió a buen precio una unidad sin número, ya que argumentaban –y estoy de acuerdo con el argumento- que si hacían otro 58/99 la tirada adolecería de seriedad. No tenían ninguna necesidad de ofrecerme una unidad de repuesto, pero son una gente estupenda y lo pusieron a mi disposición.
Y así estaban las cosas, cuando en este foro recibo un mensaje misterioso, en un post que firmaba yo, de un forero llamado Stavira que necesita ponerse en contacto conmigo. Como me he vuelto bastante neurótico desde el robo y como el post de Stavira es el primero que escribe (y por tanto por una parte es sospechoso y por otra no puede mandarme un privado), pido a nuestro jefe Goldoff que borre la foto inmediatamente (se me veía la cara) y edite los datos personales y al mismo tiempo le cuento el caso y le pido opinión. Lo único que me dice es que de los datos que tiene se deduce que escribe desde Colombia.
Pues qué bien, digo para mí. Como me daba un mail al que escribirle, me creo una cuenta de mail nueva con seudónimo (ya digo que estoy neurótico) y le mando un escueto: “Buenos días, ¿Qué quiere?”. Resumiendo mucho, después de varios mails de tanteo y una conversación telefónica, me cuenta que ha encontrado mi reloj en una página de compraventa de Colombia, que como no conocía la marca buscó Crepas en el buscador de google y le apareció RE y allí leyó mi post y vio que el número coincidía, y que como era un caballero ponía el reloj a mi disposición. Tampoco viene a cuento hablar de otras cuestiones, sólo comentar que después de muchos meses, porque mandar un reloj de Colombia a España no es ni fácil ni barato, ayer un conocido mío que viajó a Bogotá recogió mi 58 y ya estoy esperando que vuelva con su papá.
Y gracias mil a Pepe, un caballero que podía haberse callado el hallazgo, total ¿en Colombia, quién iba a saber que mi reloj era robado?… Además, que yo podía pensar que la transacción era sospechosa y hacer véte a saber qué denuncia a la Interpol... pero que, sin ningún tipo de recompensa más allá de mi agradecimiento, quiso que volviese a casa de donde no debió salir y estuvo dispuesto a esperar hasta que una persona de confianza se acercara a Bogotá para recuperarlo. Y mi 58 viajero está dispuesto a cruzar por segunda vez el Atlántico.
Perdonad por el tocho, pero esto ¿demuestra o no que hay buenas personas?. Las fotos , cuando el 58 viajero esté de nuevo en mi muñeca.
Hace un par de años los ladrones se metieron en mi casa y arrasaron con un puñado de buenos relojes. Como ya lo conté en su día y trato de olvidarlo, no me extenderé más.
La cosa es que entre los relojes robados estaba el Crepas LeGrand, número 58. Cuando te arrebatan algo, lo que más sientes es lo que no es recuperable, y el LeGrand no lo era, al ser una serie limitada muy pequeña y un reloj muy especial. Rápidamente los compañeros de otro foro y Ana y Pablo de Crepas se pusieron en contacto conmigo para ayudarme a resolver la pérdida, lo que agradecí por la solidaridad demostrada y rechacé porque considero que hay problemas económicos más graves a los que aplicar la solidaridad y el mío no lo era. Pero bueno, eso no hace al caso, como tampoco los montones de mensajes que me llegaron de RE y que de nuevo agradezco y me desmontero ante vosotros.
Lo cierto es que Crepas -gracias públicas les sean dadas- me vendió a buen precio una unidad sin número, ya que argumentaban –y estoy de acuerdo con el argumento- que si hacían otro 58/99 la tirada adolecería de seriedad. No tenían ninguna necesidad de ofrecerme una unidad de repuesto, pero son una gente estupenda y lo pusieron a mi disposición.
Y así estaban las cosas, cuando en este foro recibo un mensaje misterioso, en un post que firmaba yo, de un forero llamado Stavira que necesita ponerse en contacto conmigo. Como me he vuelto bastante neurótico desde el robo y como el post de Stavira es el primero que escribe (y por tanto por una parte es sospechoso y por otra no puede mandarme un privado), pido a nuestro jefe Goldoff que borre la foto inmediatamente (se me veía la cara) y edite los datos personales y al mismo tiempo le cuento el caso y le pido opinión. Lo único que me dice es que de los datos que tiene se deduce que escribe desde Colombia.
Pues qué bien, digo para mí. Como me daba un mail al que escribirle, me creo una cuenta de mail nueva con seudónimo (ya digo que estoy neurótico) y le mando un escueto: “Buenos días, ¿Qué quiere?”. Resumiendo mucho, después de varios mails de tanteo y una conversación telefónica, me cuenta que ha encontrado mi reloj en una página de compraventa de Colombia, que como no conocía la marca buscó Crepas en el buscador de google y le apareció RE y allí leyó mi post y vio que el número coincidía, y que como era un caballero ponía el reloj a mi disposición. Tampoco viene a cuento hablar de otras cuestiones, sólo comentar que después de muchos meses, porque mandar un reloj de Colombia a España no es ni fácil ni barato, ayer un conocido mío que viajó a Bogotá recogió mi 58 y ya estoy esperando que vuelva con su papá.
Y gracias mil a Pepe, un caballero que podía haberse callado el hallazgo, total ¿en Colombia, quién iba a saber que mi reloj era robado?… Además, que yo podía pensar que la transacción era sospechosa y hacer véte a saber qué denuncia a la Interpol... pero que, sin ningún tipo de recompensa más allá de mi agradecimiento, quiso que volviese a casa de donde no debió salir y estuvo dispuesto a esperar hasta que una persona de confianza se acercara a Bogotá para recuperarlo. Y mi 58 viajero está dispuesto a cruzar por segunda vez el Atlántico.
Perdonad por el tocho, pero esto ¿demuestra o no que hay buenas personas?. Las fotos , cuando el 58 viajero esté de nuevo en mi muñeca.