Goldoff
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Bueno, para RE y para otros medios, pero el hecho es que la semana pasada Victorinox nos convocó en un hotel de Barcelona para hacer la experiencia más directa.
Admito que antes de conocer a Sergi García -responsable comercial de la marca para España- no tenía una idea más o menos clara de su catálogo, pero como el entusiasmo de este hombre por la marca es sencillamente contagioso desde entonces no me perdo ni una de sus convocatorias, sea en Baselworld o, como en esta ocasión, más cerquita.
El sitio elegido fue el Hotel España, recientemente rehabilitado pero conservando su maravilloso legado decorativo:
Teníamos a nuestra disposición los últimos modelos lanzados, con especial hincapié en el que encabeza este hilo: el Chrono Classic. Al fondo François Nunez, director creativo de Victorinox y artífice del despegue de la misma en los últimos años.
En palabras de la propia Victorinox:
Chrono Classic será sin lugar a dudas el protagonista de los estrenos de Victorinox Swiss Army en 2013. Este reloj, que figura entre los más vendidos de la marca desde hace años, es objeto de importantes cambios, tanto estéticos como técnicos. A partir de ahora cuenta con un nuevo movimiento de cuarzo, que le permite pasar de reloj de pulsera clásico a cronógrafo —con una precisión de una centésima de segundo— pulsando dos veces la corona. Además, la lectura de las centésimas es digital, lo que se hace posible gracias a dos discos giratorios. Esta animación constituye una gran novedad para este movimiento en cuestión. Dos nuevos colores de esfera, inéditos en la colección, completan la transformación del Chrono Classic en una verdadera herramienta de estética sobria y funcionalidad inteligente.
Siendo la medida de centésimas algo casi común gracias a los nuevos movimientos de cuarzo (un Soprod SOP FM13D, en este caso) lo más atractivo para mí del Chrono Classic es, por un lado, la doble función de los discos situados en el tercio inferior de la esfera (fecha en modo hora y centésimas en modo crono) y por el otro la suavidad de deslizamiento de estos mismos discos tanto a la hora de cambiar de función como a la de indicar las centésimas cuando detenemos el crono. Además de la función de tiempos parciales podemos pasar de una función a otra mientras el crono sigue funcionando en segundo plano. Y por si faltara algo el calendario es perpetuo. Vamos, que mantiene el espíritu de la marca de navajas: multifunción en el mínimo espacio. Y no es que el Chrono Classic sea más pequeño o compacto que otro reloj, sólo que es poco habitual ver tantas funciones en una esfera tan limpia. Por cierto, en la foto de arriba tenemos 30 segundos y 77 centésimas.
Basta con presionar dos veces en la corona para que el reloj clásico se transforme en un cronógrafo alcanza la precisión de una centésima de segundo. Con una sola acción las tres agujas centrales se alinean a las 12, mientras que el indicador de la fecha situado a las 6 se transforma en contador mostrando la posición cero-cero. El cronógrafo se inicia de tradicional, esto es, accionando el pulsador situado a las 2. La trotadora roja cuenta los segundos, mientras que las otras dos contabilizan los minutos y las horas, lo que nos lleva a la posibilidad de acumular doce horas. Para detener la medida del tiempo hay que repetir la operación, y en ese preciso momento se fija la centésima de segundo en la ventanilla situada a las 6. La puesta a cero del cronógrafo se consigue gracias al segundo pulsador, situado a las 4. En la foto de abajo la hora y la -gran- fecha: día 16.
Como detalles identificativos y gracias a la intervención de François Nunez, mencionado más arriba, cabe destacar una serie de detalles dirigidos al conocedor pero sobre todo al propietario del reloj: La decoración guilloché que recubre los dos discos es un homenaje a los orígenes de Victorinox: recuerda claramente la forma (igual que el contrapeso de la trotadora roja) y las cachas de la navaja. Otro guiño es el eje de rotación de los discos, que se corresponde con el de las hojas cuando se guardan en el interior de la misma.
El armis, a pesar de ser muy ligero, es macizo. Preguntados los responsables por el precio -un tema siempre sensible- me sorprendieron con una cifra inesperada: entre 700 y menos de 900 €, por debajo de los 1000 que esperaba escuchar atendiendo a los acabados y la calidad general percibida. Acabado PVD "dark grey" con correa de piel (tintado biológico, siguiendo la filosofía environmen-friendly de Victorinox) y Champagne (gold PVD) con armis.
Cabe decir que Victorinox es una de las tres fundaciones que existen en la industria relojera suiza, junto con Rolex y Parmigiani, y que su historia se remonta a 1884, cuando Karl Elsener, con el apoyo de su madre Victoria, abre un taller de cuchillería en Ibach-Schwyz. No es hasta 1989 que aparece la división relojera (Swiss Army) de la mano de su distribuidor en Estados Unidos. Diez años más tarde la matriz compra esta licencia creando la Victorinox Swiss Army Watch SA en Bonfol (Jura - Suiza). Efectivamente, su tradición relojera es relativamente corta, pero la desenvoltura con que tratan los temas y buscan su lugar al sol me han resultado cuando menos interesantes.
La verdad es que me he quedado con las ganas de hacer una review en condiciones porque vi algunos modelos que por sus peculiaridades la merecen, así que os emplazo a una próxima entrega...
Podéis ver los precios de este y otros modelos en la página de nuestro patrocinador Laguarda.
Mi agradecimiento al equipo de Victorinox España.
Admito que antes de conocer a Sergi García -responsable comercial de la marca para España- no tenía una idea más o menos clara de su catálogo, pero como el entusiasmo de este hombre por la marca es sencillamente contagioso desde entonces no me perdo ni una de sus convocatorias, sea en Baselworld o, como en esta ocasión, más cerquita.
El sitio elegido fue el Hotel España, recientemente rehabilitado pero conservando su maravilloso legado decorativo:
Teníamos a nuestra disposición los últimos modelos lanzados, con especial hincapié en el que encabeza este hilo: el Chrono Classic. Al fondo François Nunez, director creativo de Victorinox y artífice del despegue de la misma en los últimos años.
En palabras de la propia Victorinox:
Chrono Classic será sin lugar a dudas el protagonista de los estrenos de Victorinox Swiss Army en 2013. Este reloj, que figura entre los más vendidos de la marca desde hace años, es objeto de importantes cambios, tanto estéticos como técnicos. A partir de ahora cuenta con un nuevo movimiento de cuarzo, que le permite pasar de reloj de pulsera clásico a cronógrafo —con una precisión de una centésima de segundo— pulsando dos veces la corona. Además, la lectura de las centésimas es digital, lo que se hace posible gracias a dos discos giratorios. Esta animación constituye una gran novedad para este movimiento en cuestión. Dos nuevos colores de esfera, inéditos en la colección, completan la transformación del Chrono Classic en una verdadera herramienta de estética sobria y funcionalidad inteligente.
Siendo la medida de centésimas algo casi común gracias a los nuevos movimientos de cuarzo (un Soprod SOP FM13D, en este caso) lo más atractivo para mí del Chrono Classic es, por un lado, la doble función de los discos situados en el tercio inferior de la esfera (fecha en modo hora y centésimas en modo crono) y por el otro la suavidad de deslizamiento de estos mismos discos tanto a la hora de cambiar de función como a la de indicar las centésimas cuando detenemos el crono. Además de la función de tiempos parciales podemos pasar de una función a otra mientras el crono sigue funcionando en segundo plano. Y por si faltara algo el calendario es perpetuo. Vamos, que mantiene el espíritu de la marca de navajas: multifunción en el mínimo espacio. Y no es que el Chrono Classic sea más pequeño o compacto que otro reloj, sólo que es poco habitual ver tantas funciones en una esfera tan limpia. Por cierto, en la foto de arriba tenemos 30 segundos y 77 centésimas.
Basta con presionar dos veces en la corona para que el reloj clásico se transforme en un cronógrafo alcanza la precisión de una centésima de segundo. Con una sola acción las tres agujas centrales se alinean a las 12, mientras que el indicador de la fecha situado a las 6 se transforma en contador mostrando la posición cero-cero. El cronógrafo se inicia de tradicional, esto es, accionando el pulsador situado a las 2. La trotadora roja cuenta los segundos, mientras que las otras dos contabilizan los minutos y las horas, lo que nos lleva a la posibilidad de acumular doce horas. Para detener la medida del tiempo hay que repetir la operación, y en ese preciso momento se fija la centésima de segundo en la ventanilla situada a las 6. La puesta a cero del cronógrafo se consigue gracias al segundo pulsador, situado a las 4. En la foto de abajo la hora y la -gran- fecha: día 16.
Como detalles identificativos y gracias a la intervención de François Nunez, mencionado más arriba, cabe destacar una serie de detalles dirigidos al conocedor pero sobre todo al propietario del reloj: La decoración guilloché que recubre los dos discos es un homenaje a los orígenes de Victorinox: recuerda claramente la forma (igual que el contrapeso de la trotadora roja) y las cachas de la navaja. Otro guiño es el eje de rotación de los discos, que se corresponde con el de las hojas cuando se guardan en el interior de la misma.
El armis, a pesar de ser muy ligero, es macizo. Preguntados los responsables por el precio -un tema siempre sensible- me sorprendieron con una cifra inesperada: entre 700 y menos de 900 €, por debajo de los 1000 que esperaba escuchar atendiendo a los acabados y la calidad general percibida. Acabado PVD "dark grey" con correa de piel (tintado biológico, siguiendo la filosofía environmen-friendly de Victorinox) y Champagne (gold PVD) con armis.
Cabe decir que Victorinox es una de las tres fundaciones que existen en la industria relojera suiza, junto con Rolex y Parmigiani, y que su historia se remonta a 1884, cuando Karl Elsener, con el apoyo de su madre Victoria, abre un taller de cuchillería en Ibach-Schwyz. No es hasta 1989 que aparece la división relojera (Swiss Army) de la mano de su distribuidor en Estados Unidos. Diez años más tarde la matriz compra esta licencia creando la Victorinox Swiss Army Watch SA en Bonfol (Jura - Suiza). Efectivamente, su tradición relojera es relativamente corta, pero la desenvoltura con que tratan los temas y buscan su lugar al sol me han resultado cuando menos interesantes.
La verdad es que me he quedado con las ganas de hacer una review en condiciones porque vi algunos modelos que por sus peculiaridades la merecen, así que os emplazo a una próxima entrega...
Podéis ver los precios de este y otros modelos en la página de nuestro patrocinador Laguarda.
Mi agradecimiento al equipo de Victorinox España.