Para estar detrás de un mostrador, y atender al público, hay unos principios básicos que en muchas tiendas en general no cumplen.
El dependiente, no está para hacer valoraciones personales, sobre la indumentaria de los clientes.
Su profesión consiste en atender, facilitar, colaborar en lo posible con el posible comprador, compre o no compre, vaya bien vestido, o mal, a su parecer.
El respeto es básico, siempre que el cliente cumpla con esa premisa.
El dueño debe trasmitir al dependiente, que es la imagen que percibimos tanto de la marca, como de la tienda. Cuando uno va a gastarse su dinero, en una compra, un regalo, tiene que ser un recuerdo agradable, y el profesional tiene que ser exactamente eso, un profesional, sonreír, atender, y dejar sus problemas fuera del trabajo. El que no sepa gestionarlo, debería trabajar, en otro sector, que no sea cara al público.
Parte de la culpa de la mala atención de determinadas tiendas, a mi parecer es, principalmente una mala selección de personal, y otra, una remuneración escasa y no ligada a productividad, si más vendes, más ganas, mejor atiendes a los clientes, más posibilidad hay de que vuelvan.... más ganas.
Perdonar el rollo, pero me enciendo, cuando veo que entras en una tienda, con ilusión de comprar algo, y que sea lo que pasa en la propia tienda lo que te quite las ganas de comprar.
Enviado desde mi iPhone con Tapatalk
