Creo que esta va a ser la última entrega, a ver si no me dan las tantas...
Greubel Forsey es, más que una marca de relojes, una forma de ver la relojería: sus dos socios Stephen Forsey y Robert Greubel están obsesionados -en el buen sentido de la palabra- por conservar todo el conocimiento relojero acumulado por generaciones de artesanos, y apadrinan, junto al mítico Philippe Dufour, varias iniciativas en este sentido. "El nacimiento de un reloj" (
Naissance d'une Montre), se fijó en un joven Boulanger que pasó de maestro relojero a alumno de estos personajes. Ahora han abierto otro frente, Time Æon Foundation que, junto a los miembros de UrWerk vana dar apoyo a otros dos dotados relojeros: Dominique Buser y Cyrano Devanthey. Pero eso no es todo: con Mechanical Nano están desarrollando el concepto de nanotecnología relojera, donde buscan miniaturizar componentes para ganar espacio pero sobre todo ahorrar energía: están llegando a los 180 días de reserva de marcha...
Además, tienen tiempo de parir auténticas obras de arte, como el GMT Earth, triple huso horario: Hora universal en la esfera terrestre, hora local en la esfera a la una y GMT en la subesfera a las once. Un tourbillon de 24 segundos inclinado 30 grados a las cuatro e indicador de reserva de marcha a las tres.
Por el reverso tenemos, además del omnipresente globo terráqueo, todos los husos horarios marcados por ciudades, con la hora de verano (en el centro, Summer Time) y de invierno. Las ciudades que no cambian de hora son las que que están escritas en blanco sobre fondo negro. Por si estar hecho completamente a mano fuera poco, lleva encima 450 horas de acabado, desde pulido hasta biselado pasando por esmaltado y grabado.
El resultado es este:
Sí, ya sé que no va a gustar a todo el mundo. Y es una suerte, porque sólo va a haber 33 y el precio (aunque ellos prefieren hablar de "valor") es de 610.000 francos suizos. Y sí, antes de impuestos. Por cierto, se agradece que sea el propio Stephen Forsey quien haga la introducción al inicio de la presentación.
Eso fue al final del miércoles, pero todavía me quedaba ver algo fuera-feria, y creo que esperado por más de uno: el barco de LVMH, con Zenith a bordo (además de T-H y Hublot) seguía atracado en el Quai de Montblanc, frente al Beau Rivage, y para allá que me fui. Vi pocas cosas, pero me gustaron todas. Y es que a Zenith le ha tocado la lotería con la irrupción de Mr. Biver y su estilo revolucionario. Empezando por los Defy, continuando por los Pilot y terminando en una explosión de colores del Defy Lab... voy.
El B-R desde el barco. Ahí, en amarillo...
El Defy El Primero 21
Los precios -en acero- van de los ocho mil largos del de correa de caucho hasta los diez mil del de armis.
Los Zenith Pilot son de esos relojes que te encogen un poco el estómago cuando los ves, porque piensas que puede ser el amor de tu vida. Sobre todo si traen esas correas tan sexys y son Flyback. 7900 € tanto en acero como en bronce, si no estoy equivocado.
Vale, ya paro...
Y quedaba el ganador del Gran Premio de Relojería de Ginebra de este pasado noviembre: el Zenith Defy Lab, con su fabuloso -y frenético- oscilador que hipnotizaba.
Uno...
Dos...
Dos más...
Otro más
y foto de familia. Creo que ahí están todos los que se han fabricado
¿El precio? Ahí lo pone: "Not for Sale"
Rayos, qué tarde. Dejo para mañana Audemars Piguet, Panerai y lo que para mí ha sido lo mejor de "mi" feria.