En en futuro tendremos un microchip que se pondrá en la oreja y conectará inalámbricamente con las neuronas, de manera que en nuestro cerebro visualizaremos directamente toda la información necesaria sólo con pensar en ella. No sólo eso, sino que también el microchip nos transmitirá otros sentidos, como oído, olfato, gusto, orgasmos, etc.
Entraremos en el restaurante, el microchip se conectará al wifi y pensaremos el menú, y lo probaremos mentalmente antes de pensar en que nos lo sirvan. El cocinero, conectado con su microchip, podrá pensar de una puñetera vez lo nosotros pensamos que es un entrecot al punto.
Será todo maravilloso hasta que un hacker se introduzca en nuestro microchip, y nos secuestre, nos vacíe la cuenta bancaria, nos sodomice y nos borre del cerebro el mal recuerdo y nos lo reprograme para que pensemos que el escozor es por una almorrana y el dinero lo hemos perdido jugando al póker.