P
pepef2
Milpostista
Sin verificar
Hola a todos/as,
escribo para contar una experiencia que he tenido esta tarde, probablemente similar a la que han tenido muchos foreros en otras ciudades y quizá también en la mía.
Llevo un par de días mirando los relojes Luminox, y cual ha sido mi sorpresa cuando he encontrado en internet que una lujosa joyería de mi ciudad los venden. Magani concretamente.
Pues allí me he presentado, después de todo el día currando sin parar. He estado brujuleando por el escaparate, deleitandome con los Richard Mille, los IWC, los Chopard, Eberhard... y finalmente los Luminox. Pues bien... me decido a entrar.
Mi atuendo es de lo más informal... pantalón vaquero, camisa y zapatos de sport (de Camper, para más datos), y el casco de la moto en la mano.
Delante de mi han entrado dos señoritas de buen ver, pero que venían de la piscina (despeinadas, con shorts vaqueros, sandalias de goma y bolso grande - como de piscina -.). Han entrado sin ningún problema.
La primera barrera ha sido el guardia jurado que hay en la puerta. Ha cerrado la puerta al paso de las señoritas. Al poco tiempo (escasos 30 segundos) estaba yo delante de la puerta. El tipo no me abre. He tenido que hacerle un gesto con la mano, pidiendo paso. Con gesto desconfiado me abre.
Entro y uno de los dueños (o eso parecía), educadamente me pregunta que deseo (tras mirarme de arriba a abajo sin ningún disimulo). Le indico que quiero mirar los relojes Luminox. Rápidamente muestra su desinterés y le indica a una señorita que saque los Luminox. Mientras tanto, sin siquiera mirarme a la cara, echa para atrás una silla invitandome a sentarme.
He estado sentado 10 minutos de reloj. Cuando me disponía a levantarme e irme, aparece el señor con un estuche de Luminox, y sin sentarse delante mío, saca el contenido (un cilindro acolchado con todos los relojes apelotonados, tocándose unos a otros) y me lo enseña sin soltarlo y sin dejarlo en la mesa. Me pregunta que cual quiero. Le digo que no lo se, que quería verlos un poco.
Los deja sobre la mesa y sin decir nada, se va. Los he estado mirando sin sacarlos del rulo acolchado. Al rato vuelve y me dice que cual quiero. Casualmente, en ese momento me he apoyado sobre la mesa y el señor ha podido ver mi Omega en la muñeca. El trato ha cambiado ligeramente. El señor ha sacado uno (al azar, o eso parecía, pues yo no había mostrado interés) y curiosamente era el más caro, y me lo ha ofrecido para que lo viera. Hemos intercambiado cuatro palabras, y al decirle que no había ninguno que me interesara, se ha ido diciendo buenas tardes, pero sin mirarme a la cara. Le he contestado dándole las gracias y las buenas tardes y he salido.
Pues bien. Creo que este no es el trato que se debe recibir en una joyería de estas características.
Seguramente si hubiera querido un AP, RM, etc... el trato hubiera sido diametralmente opuesto, y en parte lo entiendo; pero estando la tienda vacía (con un único cliente recogiendo un paquete), bien hubiera merecido un trato más cercano. Que me hubieran explicado las características del reloj. Que me hubiera ofrecido probármelos... Simplemente que se hubiera sentado conmigo a facilitarme la información o a darme confianza, a hacer mío el reloj, en definitiva... a vendérmelo.
Pues eso os cuento. Desde luego, si compro un Luminox, no será ahí, pues ya se que no soy (tan) bien recibido.
Un saludo!!
escribo para contar una experiencia que he tenido esta tarde, probablemente similar a la que han tenido muchos foreros en otras ciudades y quizá también en la mía.
Llevo un par de días mirando los relojes Luminox, y cual ha sido mi sorpresa cuando he encontrado en internet que una lujosa joyería de mi ciudad los venden. Magani concretamente.
Pues allí me he presentado, después de todo el día currando sin parar. He estado brujuleando por el escaparate, deleitandome con los Richard Mille, los IWC, los Chopard, Eberhard... y finalmente los Luminox. Pues bien... me decido a entrar.
Mi atuendo es de lo más informal... pantalón vaquero, camisa y zapatos de sport (de Camper, para más datos), y el casco de la moto en la mano.
Delante de mi han entrado dos señoritas de buen ver, pero que venían de la piscina (despeinadas, con shorts vaqueros, sandalias de goma y bolso grande - como de piscina -.). Han entrado sin ningún problema.
La primera barrera ha sido el guardia jurado que hay en la puerta. Ha cerrado la puerta al paso de las señoritas. Al poco tiempo (escasos 30 segundos) estaba yo delante de la puerta. El tipo no me abre. He tenido que hacerle un gesto con la mano, pidiendo paso. Con gesto desconfiado me abre.
Entro y uno de los dueños (o eso parecía), educadamente me pregunta que deseo (tras mirarme de arriba a abajo sin ningún disimulo). Le indico que quiero mirar los relojes Luminox. Rápidamente muestra su desinterés y le indica a una señorita que saque los Luminox. Mientras tanto, sin siquiera mirarme a la cara, echa para atrás una silla invitandome a sentarme.
He estado sentado 10 minutos de reloj. Cuando me disponía a levantarme e irme, aparece el señor con un estuche de Luminox, y sin sentarse delante mío, saca el contenido (un cilindro acolchado con todos los relojes apelotonados, tocándose unos a otros) y me lo enseña sin soltarlo y sin dejarlo en la mesa. Me pregunta que cual quiero. Le digo que no lo se, que quería verlos un poco.
Los deja sobre la mesa y sin decir nada, se va. Los he estado mirando sin sacarlos del rulo acolchado. Al rato vuelve y me dice que cual quiero. Casualmente, en ese momento me he apoyado sobre la mesa y el señor ha podido ver mi Omega en la muñeca. El trato ha cambiado ligeramente. El señor ha sacado uno (al azar, o eso parecía, pues yo no había mostrado interés) y curiosamente era el más caro, y me lo ha ofrecido para que lo viera. Hemos intercambiado cuatro palabras, y al decirle que no había ninguno que me interesara, se ha ido diciendo buenas tardes, pero sin mirarme a la cara. Le he contestado dándole las gracias y las buenas tardes y he salido.
Pues bien. Creo que este no es el trato que se debe recibir en una joyería de estas características.
Seguramente si hubiera querido un AP, RM, etc... el trato hubiera sido diametralmente opuesto, y en parte lo entiendo; pero estando la tienda vacía (con un único cliente recogiendo un paquete), bien hubiera merecido un trato más cercano. Que me hubieran explicado las características del reloj. Que me hubiera ofrecido probármelos... Simplemente que se hubiera sentado conmigo a facilitarme la información o a darme confianza, a hacer mío el reloj, en definitiva... a vendérmelo.
Pues eso os cuento. Desde luego, si compro un Luminox, no será ahí, pues ya se que no soy (tan) bien recibido.
Un saludo!!