Personalmente creo que no me desprenderé de un reloj, salvo circunstancias de fuerza mayor.
Cada reloj de mi humildisima colección ha sido una elección muy sopesada, y cada euro que he tenido que reunir para ello, ha sido duramente ganado y difícilmente "escamoteado" al "enemigo".
Considero que aquellos relojes que se compran con el corazón -y los míos hasta ahora lo son todos-, dificilmente pueden perder mi cariño, y aunque sea para sentarme en mi mesa de vez en cuando y ponerlos todos agrupaditos y disfrutar visualmente del conjunto, ya es una honda satisfacción.
A todo esto añado que he comprado un par de relojes a dos personas que me consta les ha costado trabajo deshacerse de ellos y en ambas ocasiones les he transmitido a los vendedores esa tranquilidad de ánimo de que esas piezas, en mi poder, estarán igual de bien custodiadas y queridas que cuando ellos las han tenido, y considero que sería una traición a mis principios y a esas personas, el deshacerme de alguno de esos dos relojes especialmente, por mucho que algunos puedan pensar: "¿no son ya tuyos, que mas te da...? haz con ellos lo que te de la gana".
En fin, uno es así, que le vamos a hacer, si bien hemos de considerar que es importante y necesario que exista el grupo de opinión inverso, ya que sin ellos no podríamos optar a ciertas piezas anheladas y en ocasiones dificilmente adquiribles. De cualquier modo, creo que quien vende un reloj por lo general lo suele hacer dentro de un ámbito de relaciones en el que sabe, que cualquier comprador mimará y cuidará el bien adquirido con celo y sabiduría.