Feraldo
Habitual
Sin verificar
Cuando juré bandera mi padre nos invitó a todos a comer y, muy solemne, me dijo a los postres.
- Enciende un pitillito, hombre. (nunca había fumado delante de él.)
Toma, hazlo con éste. - Y me pasó un Dupont nuevecito en su caja.
El regalo me encantó, pero le dije:
- Quédate con el nuevo y a mí dame el tuyo de toda la vida.
Hoy, 38 años más tarde, todavía lo guardo con ilusión.
Saludos.
Me encanto tu historia...