No sé a lo mejor estoy diciendo alguna tontería pero sabéis algo sobre los efectos que puede tener un reloj automático sobre nuestro corazón.
Depende, no es lo mismo por la mañana que por la tarde; si lo llevas puesto o lo tienes guardado. Si pesa doscientos kilos, un suponer, te puede dar un limaquillo en cualquier momento. Si llevas un JLC al servicio oficial, el infarto es casi seguro; a mí me produjo diarrea, pero porque soy un tipo duro. Si para robártelo te dan una cuchillada en el quinto espacio intercostal izquierdo (poco más o menos), te puede afectar. La casuística es muy amplia; yo - por si las moscas - aconsejo llevarlo en la muñeca opuesta al lado del corazón, si tienes el corazón a la derecha, pues en la izquierda; y al revés.
Lo más tremendo que conozco es el caso de un señor de un pueblo de por aquí que, paseando al perro, se quedó mirando un escaparate de Cartier, tropezó con el perro y se cayó a la calzada, con tan mala pata que un autobús le pasó por encima y le reventó la cabeza, y eso que iba vacío, y todo ello entre las risas del personal. No entiendo muy bien a qué venía tanta risa, la cosa tenía su gracia, pero para tanto...Por cierto, que salpicó una barbaridad. A Dios gracias, el perro salió ileso, y tampoco parecía muy afectado. Se ve que el amo era un poco borde; lo mismo el perro se puso en medio queriendo. No sé en qué quedaría el asunto, pero la herida parecía grave, aunque la sangre es muy escandalosa.
Me dice ahora un colega muy alcahuete que lo verdaderamente peligroso es tener dos orejas. Dice el tío que prácticamente el 100% de los infartados que él ha atendido tenían dos orejas. Yo creo que es un bromista y un poco hijo de pu|a, aunque la estadística le da la razón, eso sí.[FONT="][/FONT]