Acentos exclamativos aparte, que es algo que nos sucede a todos, es un recurso algo tramposo ir a un espacio específico de aficionados a cualquier cosa para llamarles talibanes. Porque claro, es evidente que quienes comparten dicho espacio e invierten parte de su tiempo en él necesariamente se identificarán con su temática. Yo he intentado seguir foros de temas (lombricultura creativa, por ejemplo) que no me interesasen en absoluto para ser completamente neutral en mis opiniones y se me hacía aburrido.
Peeeeero tengo serias dudas sobre el número de compañeros que se lanzarían, cual talibanes, con sus coches como arma kamikaze contra las agrupaciones de aficionados a Seikos, Pateks u otras aficiones equivalentes y fronterizas. Yo no lo haría, pero en todo caso puede ser que yo resulte un aficionado de segunda, un solo caso no permite un análisis objetivo.
Creo que no querer matar por la causa y no ser talibanes no quiere decir que quienes frecuentamos este foro no tengamos nuestro corazoncito y que cuando se nos tacha colectiva y públicamente de paletos, tontos, ignorantes y snobs en el espacio que compartimos para desplegar nuestro frikismo (que no es lo mismo que talibanismo, porque Sheldon Cooper es gracioso y los otros no) no respondamos, con tanta educación como la paciencia permite.
Yo no puedo hablar por los demás aficionados, pero Mr. Jones y yo ya hemos reconocido públicamente que son nuestras carencias emocionales, sociales, afectivas y muy probablemente sexuales las que nos llevan a ponernos un Rolex, pero esperábamos que en nuestro rinconcito del foro no vinieran las hordas de lúcidos relojistas a abrirnos los ojos, porque siendo tan pánfilos como somos ¿si nos quitáis los Rolex qué nos queda? ¿en qué nos quedamos? Mr. Jones peinándose las cejas con su camisa pringada de chorizo, yo en posición fetal llorando por verme, por descubrirme, tal como soy realmente: vano, estúpido, mezquino ¡¡Vuestros post son como un cruel retrato de Dorian Gray para nosotros!! ¡¡No vengáis a Molokai los sanos a burlaros de nuestras llagas y pústulas, que escondemos en este nuestro vergonzante rincón!!
Somos los tristes hijos del 904-L, infectados por esos reflejos imposibles que nos impiden ver la hora, arterioescleróticos en nuestros gustos a la hora de buscar diseños, tristemente pendientes del qué dirán, del reconocimiento que nos lleva a mostrar nuestras muñecas como único aval para ser aceptados ¿no es eso bastante para vosotros? ¿necesitáis recordárnoslo diariamente?
Dejadnos. Ya no podéis ayudarnos, nos hemos gastado en signos de ostentación el dinero que debíamos emplear en la terapia que nos curase.
El resto es silencio.
