Gato sin botas
Forer@ Senior
Sin verificar
Corría el año 1993 y yo acababa de cumplir 21 años. Estaba buscando qué podía comprarme como regalo de cumpleaños con el dinero que mi familia me había dado. Paseando por la calle Trafalgar de Madrid de repente vi una tienda nueva con un escaparate que me llamó la atención por su originalidad. Tenía objetos de procedencia ruso-soviética. Gorras del ejército, camisetas a rayas de estilo marinero, chaquetas militares, pero también un samovar y esas muñecas que entran unas dentro de otras. Así que entré en la tienda y saludé al dependiente, un señor de claro origen eslavo de más de 1´90 m de altura. Curioseé un poco por la tienda, muy pequeñita, y dentro del mostrador de cristal habían expuestos unos cuantos relojes...
Entonces lo ví. Fue amor a primera vista. Aquel reloj de esfera azul, números grandes árabes y un submarino en el centro superior.
-Cuanto vale dije en seguida.
-4000 pesetas el de cuerda y 6500 el automático.
En aquella época yo no sabía qué era un automático claramente pero sí sabía que no tenía 6500 pesetas.
-El de cuerda me lo llevo.
El vendedor sacó una cajita de cartón de debajo del mostrador y la metió en una bolsa.- La corona está roscada y hay que desenroscarla para darle cuerda. Le pagué y me fui contento y nervioso.
Ya en casa lo abrí. Venía en una humilde caja de cartón y dentro envuelto en un papel fino como esos que utilizábamos en el colegio para manualidades. ¡No tiene correa! Jod... ahora tengo que comprar una. Después de este primer chasco lo saqué , desenrosqué la corona y le dí cuerda. Parecía muy endeble la corona una vez desenroscada pero funcionaba bien. Lo puse en hora y escuché el ruido de su máquina, un tic tac agradable que me transportó a mi primer reloj de cuerda de la infancia. Y supe que sería el reloj mejor que nunca tendría jamás.
No me lo quitaba de la muñeca, adelantaba 2 minutos semanales y cada Lunes lo ponía en hora, me daba igual era "el mejor".
Arrasaba entre los compañeros de gimnasio, y entre todos los amigos, que acababan diciendo vaya rollo darle cuerda, estás loco por malgastar asi el dinero. Yo sabía que no entendían la magia de lo mecánico.
Empecé un curso donde conocí la que es ahora mi mujer, y allí estaba él recibiendo elogios de todo el mundo y por supuesto de mi mujer que por aquel entonces consideraba mi reloj un rasgo más que me hacía diferente de los otros. Un día una profesora del curso me dijo que quería verlo de cerca, se lo deje, se fue corriendo y estuvo toda la mañana con él. A pesar de mi insistencia tardó horas en devolvérmelo. 15 días después el reloj se paró. Lo llevé al relojero que conocía y tardó un mes en arregalarlo.
-Es buena máquina pero se han complicado la vida con la corona.
Empezó a adelantar 20 minutos al día. Después lo ajustaron y retrasó lo mismo. Así 5 veces hasta que me cansé y lo llevé a otro relojero. Más de lo mismo. Después de otros 3 ajustes, y de oír que era un reloj malo me cansé y lo guardé apenado.
20 años después aparecío en un cajón de mi casa haciendo limpieza para arreglar el cuarto tras el nacimiento de mi hija. Seguía funcionando. No sé cómo en esa limpieza se perdió. No he vuelto a verlo.
Ha sido el mejor reloj que he tenido y me ha acompañado para conocer a las dos personas más importantes de mi vida.
Ahora gracias a vosotros he conocido páginas donde comprar uno igual. Como homenaje a aquél y en su recuerdo.
Gracias a todos por reavivar en mí la llama del amor a los relojes rusos.
Gracias por llegar hasta aquí.
Saludos compañeros
Entonces lo ví. Fue amor a primera vista. Aquel reloj de esfera azul, números grandes árabes y un submarino en el centro superior.
-Cuanto vale dije en seguida.
-4000 pesetas el de cuerda y 6500 el automático.
En aquella época yo no sabía qué era un automático claramente pero sí sabía que no tenía 6500 pesetas.
-El de cuerda me lo llevo.
El vendedor sacó una cajita de cartón de debajo del mostrador y la metió en una bolsa.- La corona está roscada y hay que desenroscarla para darle cuerda. Le pagué y me fui contento y nervioso.
Ya en casa lo abrí. Venía en una humilde caja de cartón y dentro envuelto en un papel fino como esos que utilizábamos en el colegio para manualidades. ¡No tiene correa! Jod... ahora tengo que comprar una. Después de este primer chasco lo saqué , desenrosqué la corona y le dí cuerda. Parecía muy endeble la corona una vez desenroscada pero funcionaba bien. Lo puse en hora y escuché el ruido de su máquina, un tic tac agradable que me transportó a mi primer reloj de cuerda de la infancia. Y supe que sería el reloj mejor que nunca tendría jamás.
No me lo quitaba de la muñeca, adelantaba 2 minutos semanales y cada Lunes lo ponía en hora, me daba igual era "el mejor".
Arrasaba entre los compañeros de gimnasio, y entre todos los amigos, que acababan diciendo vaya rollo darle cuerda, estás loco por malgastar asi el dinero. Yo sabía que no entendían la magia de lo mecánico.
Empecé un curso donde conocí la que es ahora mi mujer, y allí estaba él recibiendo elogios de todo el mundo y por supuesto de mi mujer que por aquel entonces consideraba mi reloj un rasgo más que me hacía diferente de los otros. Un día una profesora del curso me dijo que quería verlo de cerca, se lo deje, se fue corriendo y estuvo toda la mañana con él. A pesar de mi insistencia tardó horas en devolvérmelo. 15 días después el reloj se paró. Lo llevé al relojero que conocía y tardó un mes en arregalarlo.
-Es buena máquina pero se han complicado la vida con la corona.
Empezó a adelantar 20 minutos al día. Después lo ajustaron y retrasó lo mismo. Así 5 veces hasta que me cansé y lo llevé a otro relojero. Más de lo mismo. Después de otros 3 ajustes, y de oír que era un reloj malo me cansé y lo guardé apenado.
20 años después aparecío en un cajón de mi casa haciendo limpieza para arreglar el cuarto tras el nacimiento de mi hija. Seguía funcionando. No sé cómo en esa limpieza se perdió. No he vuelto a verlo.
Ha sido el mejor reloj que he tenido y me ha acompañado para conocer a las dos personas más importantes de mi vida.
Ahora gracias a vosotros he conocido páginas donde comprar uno igual. Como homenaje a aquél y en su recuerdo.
Gracias a todos por reavivar en mí la llama del amor a los relojes rusos.
Gracias por llegar hasta aquí.
Saludos compañeros