Bueno.. seguimos faltando.. y además se nos viene arriba..
Este hilo se abrió a tenor de un hecho execrable, y ha derivado en otros temas como los toros y la caza genérica. Dado que aquí venimos a debatir y no a discutir o imponer determinadas "ideologías", creo que resulta lógico que se pidan argumentos razonados y razonables frente a simples "dogmas de fe".
Los primeros cartuchos fueron los manidos argumentos de siempre: que si la dehesa sin el toro bravo es insostenible, que si la regulación de especies, que si las especies ¿dañinas? (jajaja.. permíteme que me ría.. ¿dañinas para quién?), que si la única forma de preservar el monte y cuidar de él es pegando tiros a cambio... vamos, como si solo perteneciera al colectivo de escopeteros del reino...
Bien, a todo ello, otros compañeros y yo mismo hemos respondido con argumentos sólidos.. de hecho, probablemente haya sido yo el más pobre en mis respuestas, ya que han participado desde un ganadero con sólida tradición detrás y mucha relación con el mundo del toro, hasta profesores de universidad. ¿Resultado? ni mú...
Luego ha venido el desvarío... desde retratos de bistecs ensangrentados, hasta perros "encarcelados" en pisos... la pura demagogia de mezclar el matar para comer, con el matar por placer... para acabar metiendo en un mismo saco toros, caza, pesca, eutanasia y aborto... lo dicho, un DESVARIO con mayúsculas.. y frente a los desvaríos y patinazos de la mente poco se puede hacer, ignorarlos.. y si acaso.. bostezar (ops!)
Acto seguido, algunos foreros nos han ilustrado con su prosa y la de otros de similar parecer, regalándonos una bella estampa romántica de un acto deleznable sin más. Sí, estampa romántica al uso de aquellos escritores del XIX que vendieron una panda de delincuentes y gentuza como eran los bandoleros, como si fuese un selecto club de caballeros correcaminos.
Y así, dejándome llevar por sus ensoñaciones.. al rayar el alba, morral al hombro y escopeta en ristre, por un instante casi me veo en el bucólico marco de una estampa de Gustave Doré, cuando la realidad nada tiene que ver con ello.
Y me preguntará.. ¿qué realidad?
A mis profanos pero observadores ojos, lo que percibo es un abuso. Sí, tal y como lo ha oído.. un abuso.
Partimos de una asignación de papeles en este drama un tanto desigual... un cazador o acosador (perseguidor si se siente más agusto) frente al acosado o perseguido. No sé si alguna vez se ha encontrado en un trance similar.. me refiero a ser perseguido por algo o por alguien. Se libera una cantidad de adrenalina tremenda lo que conlleva un estrés asociado de un par de narices. Imagínate correr así por el monte.. no veo nada de honroso en ello. La presa corre desesperada sin permitirse ni un segundo para beber del arroyo.. Por contra, el cazador lleva su cantimplora o bota de vino siempre presta a refrescar el gaznate, lebrel que le presta su olfato y oídos, y una buena arma que le permitirá disparar a distancia y sin ser visto, tantas veces, como munición porte su canana.
Honrosa y equilibrada lucha, ¿verdad?
Y esto mismo lo extrapolamos al toro en la plaza, aturdido y desorientado frente a una turba vociferante. Picado y herido, para acabar - en el mejor de los casos - atravesado por un estoque (digo en el mejor de los casos, porque siete de cada diez estocadas no son más que pinchazos), ante el regocijo de la masa.
Honrosa y equilibrada lucha, ¿verdad?
Honrosa y equilibrada sería si fuese en las mismas condiciones, enfrentando la agilidad del animal frente a la inteligencia del ser humano... pero poco de honroso veo yo en matar a distancia con un arma de precisión, o en el ataque en grupo y fuera de su medio natural de un morlaco.
En otros argumentos se recurre al recuerdo emocional.. cazo y defiendo a los toros porque mi padre, mi tío o el vecino del pueblo lo hacía. Ya.. pero las personas crecen y evolucionan arropados por una mejor educación, y el que mi abuelo montase a caballo pegando tiros por sus tierras, o mi padre sea abonado de la Maestranza, no tiene por qué implicar que acabe haciendo lo mismo... no me vale...
Ahora cuéntame la de Alfonso X, que con una mano escribía cantigas a Santa María, y con la otra descojonaba a los que no compartían su mismo pensamiento o doctrina... desde luego, acertado autor para refutar sus palabras..
Por mi parte, yo te regalo una reflexión de una eminencia en el campo de la naturaleza.. Jacques Cousteau, que como poco es del siglo XX... lo cual ya es algo..
A pesar de todo ello, lo único que se les ocurre a los defensores de tamaña barbarie (me refiero al tándem toros-caza), es ofrecernos una retaíla de artículos y relatos que ahondan en el típico tópico y, sin duda alguna, merecerían espacio propio en un diario de sobrado y contrastado prestigio como La Razón. Que si el ecologista que se pone tibio de atún en el restaurante de moda, que si el torito que vive una vida de ensueño en la dehesa y va al ruedo voluntario,presto y alegre.. y digo yo, ¿alguien se ha parado a pensar qué le parece al toro, al jabalí o al conejo todo esto?
Para finalizar, y ante la carencia de más argumentos que despierten mi interés por la dialéctica y el debate, no puedo reprimir un bostezo... y a cambio, mis compañeros me ofrecen una sarta de descalificaciones mientras se encajonan como jabalí sin salida... antes morir que reconocer que igual su verdad no lo es tanto...
No esperaba menos, de esta forma todo encaja cual puzzle. Actos como ese deben de tener un personalidad asociada de forma indisoluble..
Lo siento, pero mi mente vacía de cántaro no me permite ver la belleza en el sufrimiento ajeno. Tampoco el abuso de fuerza, algo que desde mi infancia siempre evité.
Por contra si atisbo algo de ese comportamiento oscuro, primitivo, aún latente, que hoy en día sigue provocando las más abyectas acciones del hombre... no solo para con los demás seres de la naturaleza, o la naturaleza misma... sino también contra sus propios iguales.
Y ya que le gusta tanto ilustrar sus palabras con citas de personajes célebres, le dejo una a modo de guinda del pastel mientras, I'm so sorry... emito un largo y prolongado bostezo ( es que aún no me acosté.. que mientras unos madrugan para pegar tiros, otros trasnochamos y nos divertimos.. para con un poco de suerte, acabar siendo cazados por una hermosa mujer)
Teodor Heuss (1884-1963), primer presidente de la República Federal de Alemania:
“Caza es un eufemismo cobarde que se asigna al asesinar de modo especialmente cobarde a criaturas indefensas. La caza es una especie de enfermedad mental“.
... y no lo he dicho yo
Con Dios