Jose Perez
De la casa
Sin verificar
Pienso que la mayor parte de personas que se están acostumbrando a ir sin reloj no lo echarán de menos en el futuro. Sin contar con que incluso se perderá la costumbre de llevar relojes porque dejará de estar de moda.
A mí me gustan las boinas. Hace años casi todo el mundo llevaba sombrero o boina y había, lógicamente, varias fábricas en España. La gente comenzó a dejar de llevar sombrero hasta que se pasó de moda. Hoy en día casi nadie lleva boina. ¿Continúa habiendo industria de fabricación? Sí. Una única fábrica. Todas las demás cerraron. Para mi abuelo un hombre elegante debía llevar sombrero. ¿Qué pensamos hoy en día?
De ahí mi insistencia en que la industria relojera debe dejar de seguir la política de esconder la cabeza debajo del ala y tiene que tomar rápidamente cartas en el asunto. Negar la existencia de un problema no es la forma de solucionar un problema.
A mí me gustan las boinas. Hace años casi todo el mundo llevaba sombrero o boina y había, lógicamente, varias fábricas en España. La gente comenzó a dejar de llevar sombrero hasta que se pasó de moda. Hoy en día casi nadie lleva boina. ¿Continúa habiendo industria de fabricación? Sí. Una única fábrica. Todas las demás cerraron. Para mi abuelo un hombre elegante debía llevar sombrero. ¿Qué pensamos hoy en día?
De ahí mi insistencia en que la industria relojera debe dejar de seguir la política de esconder la cabeza debajo del ala y tiene que tomar rápidamente cartas en el asunto. Negar la existencia de un problema no es la forma de solucionar un problema.
Me temo que casi todos aquí algún día más o menos lejano tuvimos 24 años y poco o nada en el bolsillo. Cierto es que mientras entonces nuestro primer deseo era ganar dinero y ser independientes tal vez ahora en una abrumadora proporción lo sea viajar, pasarlo bien y sin recursos. O lo financian los padres, o se rebaja la calidad de lo que se utilice pero no se renuncia a nada. Yo si recuerdo ahorrar una sueldo miserable, eso también es un invento muy antiguo y no es nada moderno, para poder ir un fin de semana a un sitio barato, con los recursos justos, porque necesitabas esa independencia para estar con una chica, para dejar de estar a las órdenes de todo el mundo, para sentirte mayor y en definitiva para empezar a cumplir tus sueños, que tenerlos tampoco es un invento reciente, ha ocurrido siempre.
Pues entre esos sueños recuerdo juntar 4000 pesetazas, una a una, para comprarme un Casio analógico y digital, que parecía lo máximo que se podía llevar en la muñeca por aquél entonces, al menos yo. Ni pensaba en relojería de lujo como tampoco lo hacía en viajes exóticos, pero mientras otros amigos llevaban reloj si se lo regalaban exclusivamente yo lo consideraba un anhelo y un logro que deseaba conseguir como fuera. Mi reloj, mi coche y después lo que se pudiera.
Es cierto que esos objetivos tan deseables han cambiado para los jóvenes de ahora, tienen reloj, coche, presupuesto para viajes y libertades impensables antes porque sus padres se los financiamos. Entiendo que deseamos verlos felices, pero aquella felicidad de por fin comprar un coche viejo, o al fin poder lucir ese reloj barato que llevabas tanto tiempo deseando supongo que no la van a disfrutar nunca. Es inevitable, o gozas lo más pequeño o lo tienes todo, pero no ambas cosas a la vez. En estas circunstancias cuesta mucho que tus hijos sepan valorar lo que les pones en la muñeca, y no solo por el dinero, pero es el mismo esfuerzo que costó que saludaran con educación o supieran ceder el paso a las personas mayores, una obligación moral y un lujo para los que nos hemos esforzado en transmitir esos valores.
Quienes no les dejen ese legado a sus descendientes no saben lo que se pierden. Por mi parte siempre entenderé tan estúpido hablar por teléfono con un reloj como mirar la hora en un teléfono. Que una cosa sea cómoda no la hace sin más totalmente recomendable.
Así que no desesperes, simplemente deja que pasen treinta años.