Creo que casi todos cometemos el mismo error; regalamos lo que a nosotros nos gusta pensando que la persona agraciada tiene los mismos gustos que nosotros, y la mayor parte de las veces no es así. Por ponerte un ejemplo, a un familiar mío le gustaban las maquetas de trenes y, pensaba, que regalándome una (no sé ni lo que le costó pero imagino que no fue barata) a mí, sería la persona más feliz del mundo. ¡Erroooooor!
La tuve metida en un armario varios lustros y aún seguiría ahí si no se hubiera ido de casa cuando hicimos la mudanza. Nunca la use, nunca la gasté, nunca la aprecié porque... NO ME GUSTAN LAS MAQUETAS.
Creo que deberías averiguar lo que realmente le gusta a ella y gastar ese dinero en algo que le haga ilusión: joyas, ropa, electrónica, numismática, filatelia o lo que sea, pero que realmente le haga ilusión. Si no puede terminar en un armario hasta que aparezca dentro de unos lustros en un cajón y termine en la basura.