FABER
Habitual
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Llevo dedicado al mundo de la venta unos 20 años y, si bien se observan este tipo de artimañas habitualmente en las negociaciones de compra-venta, nunca he interpretado que este hábito sea moralmente lícito.
Las argumentaciones embusteras no lo son, aún cuando se usen para impulsar el cierre de un trato en condiciones ventajosas, y que éste resulte igualmente conveniente económicamente para la contra-parte.
Algunos me tildarán de cándido, pero mantengo muchos de mis clientes desde hace dos décadas y considero más ventajoso las relaciones francas que las políticas de compra-venta a "tierra quemada".
Tal como describe el compañero este asunto, no me parece que el engaño sea inocuo (al menos a mi me molestaría) y si pienso que evidencia que el otro sujeto adolece de habilidades suficientes para llevar el acuerdo al mismo termino sin necesidad de embustes.
La segunda parte de ofertar un producto usado como nuevo, por muy maravilloso que sea su estado (reestreno), no hace sino reafirmarme en mi consideración sobre su catadura moral y carencia de profesionalidad. Una cosa es, siempre en mi opinión, ensalzar las bondades que presenta un producto y obviar las menos afortunadas, sin ocultarlas, y otra muy distinta el engaño y la manipulación torticera, sean punibles y delictivas o no lo sean.
Las argumentaciones embusteras no lo son, aún cuando se usen para impulsar el cierre de un trato en condiciones ventajosas, y que éste resulte igualmente conveniente económicamente para la contra-parte.
Algunos me tildarán de cándido, pero mantengo muchos de mis clientes desde hace dos décadas y considero más ventajoso las relaciones francas que las políticas de compra-venta a "tierra quemada".
Tal como describe el compañero este asunto, no me parece que el engaño sea inocuo (al menos a mi me molestaría) y si pienso que evidencia que el otro sujeto adolece de habilidades suficientes para llevar el acuerdo al mismo termino sin necesidad de embustes.
La segunda parte de ofertar un producto usado como nuevo, por muy maravilloso que sea su estado (reestreno), no hace sino reafirmarme en mi consideración sobre su catadura moral y carencia de profesionalidad. Una cosa es, siempre en mi opinión, ensalzar las bondades que presenta un producto y obviar las menos afortunadas, sin ocultarlas, y otra muy distinta el engaño y la manipulación torticera, sean punibles y delictivas o no lo sean.
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