Aquí se presenta uno que tras mes y medio lesionado ha vuelto a salir por las calles a hacer el ridículo y a desprestigiar la palabra "runner"
Siento haberos dejado en mal lugar.
La cosa ha sido que mi doctora me llamó para decir que la ecografía mostraba que todo estaba bien. Y hoy me he decidido.
Hace un frío de la leche, así que me he puesto mallas largas, camiseta térmica y mis NB 1080 y me he dispuesto a triunfar. Y vaya si he triunfado...
He estirado y me he puesto a trote cochinero... A los diez minutos he tenido que seguir andando. Reventado. He vuelto a arrancar y entonces he descubierto que me estaba quedando congelado. Las orejas eran dos entes independientes. El oido lo conservaba, un poco taponado, pero ahí estaba. Las orejas, de no ser porque me las tocaba con las manos, hubiera jurado que se me habían caído.
En esas ha empezado una larga cuesta. A mi paso corriendo iba un pelín más rápido que las señoras que iban caminando. Eso me ha frustrado y me han dado ganas de parar. Pero me he recordado que siempre, cuando crees que no puedes más, siempre queda algo más. Y me he repuesto. Me he lanzado, me he empezado a sentir bien, ya no resoplaba tanto, mis movimientos eran más libres, cual linda gacelilla. Y ahí ha sido cuando me ha pasado un runner de verdad. Me ha arrancado las pegatinas, me ha despeinado, el aire que movía al bracear ha generado tal corriente que me ha dado frío, lo he visto alejarse y..., he vuelto a caminar.
Y así he ido trampeando hasta completar 7,5 kms. en 55 minutos.
Tengo molestias hasta en las uñas. Estoy reventado. Espero que esto genere suficientes endorfinas como para que se me olvide rápido mi estado actual, porque si no...
Lo mejor, la ducha caliente de después.
Y algunas vistas
. A la velocidad que iba me daba tiempo de fijarme en todo