Este hilo me ha llevado a hacer una reflexión. Se suele hablar de N. Hayek como el salvador de la industria relojera suiza. No es erróneo pensar así, ya que supo encauzar una situación que devenía en desastre, sacar adelante proyectos que se venían abajo casi irremediablemente, darle nuevos aires al sector, etc., etc. Su intervención fue meritoria, es indudable.
Pero la creación de ese gran grupo, sólido, potente, ha dado lugar también a ciertas injusticias- como la que nos ocupa- que posiblemente, no haya forma de evitar, ya que el mercado es el mercado, y las estrategias de empresa lo imponen. Pero no por lógicas o inevitables son menos injustas. Y el caso de Certina es, como digo una de ellas. Una marca con una historia apabullante (
he escuchado a algún relojero comparar calibres manufacturados antiguos de Certina con la mismísima Patek Philippe y ponerlos a un nivel similar ... ¿quizá exceso de pasión?, ¿quizá no?) y que ahora tiene que doblar la rodilla en los escaparates ante otras marcas que el "Group" ha decidido que deben estar en primera fila. Ojo, no pierdo de vista que es también el público (o sea: usted, yo y el de enfrente...) el que posiblemente colabore a ello.
Pero duele. Duele, sobre todo, cuando tienes en casa un Certina del abuelo, o de papá (es mi caso) y recuerdas lo valorada que estaba la marca, y el esfuerzo que costó que un Certina (o varios) entrara en la familia.
En fin, es la cara y la cruz de eso que llamamos "mercado".
Por cierto, y ya acabo. Hablando de otra víctima (en este caso algo menos), esta misma mañana he estado en una prestigiosíiiiiisima joyería de mi ciudad, echando una mano a un amigo que tenía que hacer un regalo de empresa, y volví a escuchar de boca del "profesional" del establecimiento aquello de que "
Tissot es una marca muy buena ... fíjate que hace años fue la 2ª marca de Omega . . . "