R
Raimon
Baneado
Sin verificar
El artículo que os adjunto a continuación publicado en la prensa en el año 2005, ya daba cuenta de la situación de horterez a la que hemos llegado en Barcelona y litoral. Porque en nuestras costas "tela marinera" el mal gusto que impera.
Considero que una cosa es ir a la playa, vestido de playa. Yo mismo suelo ir bien sexy, claro, hasta con camiseta de tirantes. Pero otra cosa es pasearme con el torso desnudo y sudado por dentro del pueblo. Y mucho menos ver -como es habitual- en la terraza restaurante de mantel y servilleta de tela, como les indican que se pongan la camiseta porque con esas barrigas cerverceras asquerosas y pelo sudado en el pecho intentan acceder al mismo sin importarles los que estamos ahí con la camiseta puesta y la mayor dignidad posible como compete al restaurante. Que no hablo de chiringuitos playeros en la arena. Eso es el día a dia. Lo curioso del caso es que todos los que van así encima nos deleitan con sendos michelines y barriga mesa camilla. Y no lo digo porque quede bien a otras personas más "faciles de mirar". No, se trata de educación y respeto hacia los demás; amen de un protocolo y normas de conducta que deberíamos respetar.
Este artículo es del año 2005; y sabeis? no ha cambiado nada. Quién ha visto Barcelona y Sitges hace 10 años y ahora!!!. De pena. Hasta la gente que camina por el Paseo de Gracia son cutres-salchicheros. Quizás estamos demasiado masificados y algunos no se integran en el entorno??? que se yo. Sea como sea, hay que saber estar en todos los momentos. Al menos es lo que me enseñaron en mi familia.
Hoteles, restaurantes, bares y clubes de Barcelona imponen "normas de vestir"
"La dignidad es más importante que la caja", se lee en un cartel de la coctelería Boada.
Propietarios de hoteles, restaurantes, bares y clubes selectos de Barcelona han anunciado que piensan imponer "normas de vestir" a las personas que frecuenten sus locales ante la constatación de que aumenta el número de clientes que, al margen de la hora del día, visten simplemente pantalón corto y camiseta y calzan sandalias o cholas.
Es el caso, por ejemplo, según se recoge en una información de la agencia Colpisa, de la coctelería Boada, situada en la céntrica calle Tallers de la capital catalana. Su propietario ya no piensa tolerar que junto a los clientes de clase media y media alta que frecuentan el local acudan personas que más bien "parecen salir de unas piscinas o de haber estado tostándose al sol en la playa". La coctelería Boada ha pegado un cartel que informa al cliente que no se le dejará entrar si no va bien vestido, porque, en palabras de su propietario "la dignidad y la decencia son mucho más importantes que la caja". Otros bares y restaurantes de varios distritos de Barcelona, sobre todo los más turísticos y céntricos, como algunos de los que están situados en la Rambla y en sus alrededores, piensan aplicar la misma norma que Boada. Los presidentes de los gremios de hoteleros y restauradores, Jordi Clos y Gaietà Farràs, respectivamente, aplauden esta medida, porque piensan que es "la única manera de detener el avance del egoísmo desenfrenado de muchos clientes incívicos".
Lamentan, los promotores de estas iniciativas en general, que la Administración no haya tomado ya las medidas adecuadas para solucionar este problema que, a su juicio, da una mala imagen de la ciudad. Las ordenanzas municipales del Ayuntamiento de Barcelona son muy flexibles y liberales y permiten a los ciudadanos pasear por las calles de la ciudad en bañador. Ni siquiera está prohibido que una persona camine por las avenidas más céntricas, como el Paseo de Gracia, con el pecho al descubierto. La ordenanza habla simplemente de adoptar una "actitud decorosa" en la vía pública. Ante este hecho, el presidente del gremio de restauradores considera que esta permisividad municipal es inadmisible, porque, subraya, "la Rambla no es una playa", y permitir que algunas personas se comporten como si lo fueran "da una imagen cutre de la ciudad". En Londres y Venecia, las normas sobre los códigos de vestir son muy estrictas, y se prohíbe comer en la calle, nadar en los canales y acudir a museos e iglesias sin ir vestidos con pantalón largo. Ocurre lo mismo en otros países europeos y en EEUU y Canadá. El Ayuntamiento de Barcelona estudia la posibilidad de endurecer las normas de comportamiento y de vestimenta para los barceloneses y los turistas españoles y extranjeros que visiten la capital de Cataluña, pero de momento prefiere no entrar a saco en la polémica, y asegura que "se esfuerza por garantizar una convivencia sana en la vía pública".
Algunos propietarios de bares y restaurantes no comporten la posición de los que piden mano dura, porque creen que sería contraproducente para el negocio.
Considero que una cosa es ir a la playa, vestido de playa. Yo mismo suelo ir bien sexy, claro, hasta con camiseta de tirantes. Pero otra cosa es pasearme con el torso desnudo y sudado por dentro del pueblo. Y mucho menos ver -como es habitual- en la terraza restaurante de mantel y servilleta de tela, como les indican que se pongan la camiseta porque con esas barrigas cerverceras asquerosas y pelo sudado en el pecho intentan acceder al mismo sin importarles los que estamos ahí con la camiseta puesta y la mayor dignidad posible como compete al restaurante. Que no hablo de chiringuitos playeros en la arena. Eso es el día a dia. Lo curioso del caso es que todos los que van así encima nos deleitan con sendos michelines y barriga mesa camilla. Y no lo digo porque quede bien a otras personas más "faciles de mirar". No, se trata de educación y respeto hacia los demás; amen de un protocolo y normas de conducta que deberíamos respetar.
Este artículo es del año 2005; y sabeis? no ha cambiado nada. Quién ha visto Barcelona y Sitges hace 10 años y ahora!!!. De pena. Hasta la gente que camina por el Paseo de Gracia son cutres-salchicheros. Quizás estamos demasiado masificados y algunos no se integran en el entorno??? que se yo. Sea como sea, hay que saber estar en todos los momentos. Al menos es lo que me enseñaron en mi familia.
Hoteles, restaurantes, bares y clubes de Barcelona imponen "normas de vestir"
"La dignidad es más importante que la caja", se lee en un cartel de la coctelería Boada.
Propietarios de hoteles, restaurantes, bares y clubes selectos de Barcelona han anunciado que piensan imponer "normas de vestir" a las personas que frecuenten sus locales ante la constatación de que aumenta el número de clientes que, al margen de la hora del día, visten simplemente pantalón corto y camiseta y calzan sandalias o cholas.
Es el caso, por ejemplo, según se recoge en una información de la agencia Colpisa, de la coctelería Boada, situada en la céntrica calle Tallers de la capital catalana. Su propietario ya no piensa tolerar que junto a los clientes de clase media y media alta que frecuentan el local acudan personas que más bien "parecen salir de unas piscinas o de haber estado tostándose al sol en la playa". La coctelería Boada ha pegado un cartel que informa al cliente que no se le dejará entrar si no va bien vestido, porque, en palabras de su propietario "la dignidad y la decencia son mucho más importantes que la caja". Otros bares y restaurantes de varios distritos de Barcelona, sobre todo los más turísticos y céntricos, como algunos de los que están situados en la Rambla y en sus alrededores, piensan aplicar la misma norma que Boada. Los presidentes de los gremios de hoteleros y restauradores, Jordi Clos y Gaietà Farràs, respectivamente, aplauden esta medida, porque piensan que es "la única manera de detener el avance del egoísmo desenfrenado de muchos clientes incívicos".
Lamentan, los promotores de estas iniciativas en general, que la Administración no haya tomado ya las medidas adecuadas para solucionar este problema que, a su juicio, da una mala imagen de la ciudad. Las ordenanzas municipales del Ayuntamiento de Barcelona son muy flexibles y liberales y permiten a los ciudadanos pasear por las calles de la ciudad en bañador. Ni siquiera está prohibido que una persona camine por las avenidas más céntricas, como el Paseo de Gracia, con el pecho al descubierto. La ordenanza habla simplemente de adoptar una "actitud decorosa" en la vía pública. Ante este hecho, el presidente del gremio de restauradores considera que esta permisividad municipal es inadmisible, porque, subraya, "la Rambla no es una playa", y permitir que algunas personas se comporten como si lo fueran "da una imagen cutre de la ciudad". En Londres y Venecia, las normas sobre los códigos de vestir son muy estrictas, y se prohíbe comer en la calle, nadar en los canales y acudir a museos e iglesias sin ir vestidos con pantalón largo. Ocurre lo mismo en otros países europeos y en EEUU y Canadá. El Ayuntamiento de Barcelona estudia la posibilidad de endurecer las normas de comportamiento y de vestimenta para los barceloneses y los turistas españoles y extranjeros que visiten la capital de Cataluña, pero de momento prefiere no entrar a saco en la polémica, y asegura que "se esfuerza por garantizar una convivencia sana en la vía pública".
Algunos propietarios de bares y restaurantes no comporten la posición de los que piden mano dura, porque creen que sería contraproducente para el negocio.