Te entiendo, Conguito, pero tampoco funciona así, a menos que lo fuerces con una innecesaria disciplina rotatoria de relojes. Vamos a ver; tú puedes tener cuatro o diecisiete relojes, sin ningún tipo de afán coleccionista. Los has ido reuniendo porque te gustaban y punto. Hace algún tiempo, yo estaba ligeramente obsesionado en rotar todos los relojes cada pocos días e intentar usar todos el mismo tiempo proporcional. Eso es un gran error, pues te vuelves esclavo de tus relojes.
Yo hago lo siguiente: llevo un reloj, el que sea y el tiempo que sea. En algún momento, por recuerdo, por aburrimiento o por capricho, te viene a la memoria otro de los relojes que tienes, y que te apetece ponerte. A por él. Te lo cambias y repites el ciclo. Sin control de tiempo; con uno puedes estar tres días, con otro una semana o incluso alguno te lo cambias al día siguiente. Pero siempre sin forzar el cambio, sólo cuando tengas ganas de llevar otro reloj. En mi caso personal, sólo hay una situación en la que necesito cierta fuerza de voluntad para cambiar de reloj, y es cuando llevo el Rolex SD. El muy jodío es tan cómodo, bonito y agradable de llevar que se eterniza en la muñeca, y es necesario un esfuerzo para hacer sitio a sus compañeros. Y de lo que estoy seguro es qué único reloj me quedaría si sólo pudiera tener uno...