Golipo
De la casa
Sin verificar
La mayoría de las firmas, como las conocemos por los vintages,
ya no existen.
Todo es corporaciónes, nada de servicio a los representantes o técnicos autorizados.
Todo se vende.
Antes enviaban herramientas, catálogos, muestras, etc .
Ahora todo se esconde, se precisa del SAT oficial para arreglar algo.
Nadie sabe la medida de un eje de Corum calibre $%&$%¬€~¬
y por ahí es de un ETA.
Las marcas antes eran marcas,
ahora es un aglomerado, con claras excepciones.
Compraron los nombres, los edificios, lo que quedaba de fornitura.
Y abren un museo.
Como las computadoras y los sistemas inteligentes han cambiado radicalmente
la vida del hombre -y por eso nos permite esta asombrosa comunicación, que antes era imposible-
y también eso se aplica a la relojería.
Más precisión, tolerancias muy ajustadas en las piezas,
la utilización de otro elementos, diseños y planos de movimientos complicadísimos,
la robotización en el proceso de fabricación.
Pero falta eso, la humanidad.
Creo que por eso estamos en este rincón,
cuidando estas maravillosas máquinas y tratando de perpetuar su existencia
al tiempo que disfrutamos y las observamos tal vez miles y miles de veces.
Antes, es sus respectivas épocas, tal vez no había tantos aficionados a esto,
porque era la norma, lo común.
Pero por ahí dicen que basta perder algo para saber cuanto lo apreciamos,
y tal vez sucedió eso en la relojería vintage,
cuando la mano del hombre estaba manifiestamente presente en un reloj.
Cada vez que miro algún reloj de "marca" moderno con una ETA escondida como otra cosa,
y mtodo un carapacho de nombres y colores encima, me detengo y vuelvo a buscar cualquier reloj
que el maestro de los maestros , Louis Breguet, produjera en su momento, y me maravillo.
Sin Computadora, sin CNC, sin luz eléctrica, sin el standard de las herramientas de hoy,
sin la información y la comunicación del esta era.
Hay tantos recursos hoy, tanta tecnología,
que excede largamente la capacidad del hombre.
Las vías son más cortas, quizá.
O menos trabajosas.
Pero yo sigo admirando el arte.
y lo sigue habiendo, claro.
No es ésta una divagación para rememorar el antaño que se perdió y nunca volverá,
sino para darse cuenta que siempre, por más novedades que haya,
(y éstas son generaciones donde jóvenes -en muchos casos- viven de las novedades,
las ganancias rápidas y sin especializarse en su oficio)
la impronta del hombre es algo a lo que uno vuelve.
No importa cuánta resolución, ni realismo, ni años de trabajo pueda tener un video juego,
basta ver La Pietá o Adele Bloch Bauer I,
o escuchar La Suita Escita de Prokofiev, Piazzolla con Goyeneche en el Regina, o Dark Side of the Moon.
Gerald Genta, -por decir un caso conocido-,
dejó su impronta de diseño -y también arte- en varios relojes.
Hay "algo" presente en todas esas cosas, tal vez tan discímiles, y de varias épocas.
Apreciar eso en cada cosa, creo que es lo que disfrutamos y nos hace admirarla,
y a su creador, y a su época.
sepan disculpar el bloque,
Un saludo
Alvaro
ya no existen.
Todo es corporaciónes, nada de servicio a los representantes o técnicos autorizados.
Todo se vende.
Antes enviaban herramientas, catálogos, muestras, etc .
Ahora todo se esconde, se precisa del SAT oficial para arreglar algo.
Nadie sabe la medida de un eje de Corum calibre $%&$%¬€~¬
y por ahí es de un ETA.
Las marcas antes eran marcas,
ahora es un aglomerado, con claras excepciones.
Compraron los nombres, los edificios, lo que quedaba de fornitura.
Y abren un museo.
Como las computadoras y los sistemas inteligentes han cambiado radicalmente
la vida del hombre -y por eso nos permite esta asombrosa comunicación, que antes era imposible-
y también eso se aplica a la relojería.
Más precisión, tolerancias muy ajustadas en las piezas,
la utilización de otro elementos, diseños y planos de movimientos complicadísimos,
la robotización en el proceso de fabricación.
Pero falta eso, la humanidad.
Creo que por eso estamos en este rincón,
cuidando estas maravillosas máquinas y tratando de perpetuar su existencia
al tiempo que disfrutamos y las observamos tal vez miles y miles de veces.
Antes, es sus respectivas épocas, tal vez no había tantos aficionados a esto,
porque era la norma, lo común.
Pero por ahí dicen que basta perder algo para saber cuanto lo apreciamos,
y tal vez sucedió eso en la relojería vintage,
cuando la mano del hombre estaba manifiestamente presente en un reloj.
Cada vez que miro algún reloj de "marca" moderno con una ETA escondida como otra cosa,
y mtodo un carapacho de nombres y colores encima, me detengo y vuelvo a buscar cualquier reloj
que el maestro de los maestros , Louis Breguet, produjera en su momento, y me maravillo.
Sin Computadora, sin CNC, sin luz eléctrica, sin el standard de las herramientas de hoy,
sin la información y la comunicación del esta era.
Hay tantos recursos hoy, tanta tecnología,
que excede largamente la capacidad del hombre.
Las vías son más cortas, quizá.
O menos trabajosas.
Pero yo sigo admirando el arte.
y lo sigue habiendo, claro.
No es ésta una divagación para rememorar el antaño que se perdió y nunca volverá,
sino para darse cuenta que siempre, por más novedades que haya,
(y éstas son generaciones donde jóvenes -en muchos casos- viven de las novedades,
las ganancias rápidas y sin especializarse en su oficio)
la impronta del hombre es algo a lo que uno vuelve.
No importa cuánta resolución, ni realismo, ni años de trabajo pueda tener un video juego,
basta ver La Pietá o Adele Bloch Bauer I,
o escuchar La Suita Escita de Prokofiev, Piazzolla con Goyeneche en el Regina, o Dark Side of the Moon.
Gerald Genta, -por decir un caso conocido-,
dejó su impronta de diseño -y también arte- en varios relojes.
Hay "algo" presente en todas esas cosas, tal vez tan discímiles, y de varias épocas.
Apreciar eso en cada cosa, creo que es lo que disfrutamos y nos hace admirarla,
y a su creador, y a su época.
sepan disculpar el bloque,
Un saludo
Alvaro