Buena explicación. De cualquier forma una cosa es que baile en la muñeca y por eso se de golpes contra diferentes superficies (ahí te doy toda la razón) y otra cosa es que lleves el reloj algo suelto y eso sí, sin que se de golpes con nada.
El solo hecho de llevarlo suelto, si no existen traumas añadidos sería suficiente para elongarlo?
Muchas gracias Jorge
juanhms... hola...
Entrando en detalle y segun me explicaron en Rolex ninguna pieza de ningún brazalete de ninguna marca está exenta de algún tipo de holgura mínima.
Porque si no tuviera holgura, el conjunto del brazalete estaria sometiendo a presión a todas sus parte y sería una cosa rígida que no se acomodaría a la muñeca.
Entonces, hay un juego mínimo, pero juego al fin y al cabo.
En estas condiciones y cuando el brazalete está ajustado a la muñeca (no apretado, sino que
no bailotee) ese juego provocará un desgaste pero ese
desgaste será mínimo a lo largo de muchos años.
Pero cuando el brazalate baila en la miñeca, ese huelgo comienza a actuar de motra manera, provocando microgolpes y rozamientos en los eslabones entre sí, entre los eslabones y los pasadores, entre el el armis y las asas etc. etc.
Estos microgolpes y rozamientos, al principio, no provocan ningún daño notable aunque son el comienzo del problema porque van "aplastando" (de manera imperceptible) el metal o desgastándolo por rozamiento y así, de manera inadvertida, se van "comiendo" las piezas entre sí.
Si, además. el reloj está en una zona donde abunda el polvo, este polvo junto con el sudor o la humedad ambiente hace de abrasivo... muy suave, pero abrasivo al fin y va deteriorando el armis.
Te pongo la foto del agujero que le hice de un mazazo accidental al protector de corona del Submariner, haciendo que saltara un pedazo de metal.
Durante mucho tiempo (años) los bordes del agujero estuvieron afilados pero, gradualmente, con el roce diario de la ropa y de las manos, esos bordes se fueron puliendo hasta quedar suaves en 30 años de "tratamiento involuntario".
Esto demuestra la importancia de los microgolpes o de los roces leves sobre los metales, si esos roces son muchos a lo largo del día y durante muchos años.
Para decirlo de otra manera, vale aquello de
"la gota de agua horada la piedra"... y, en este caso, los roce constante de la ropa "lijaron" los bordes filosos del acero.
Por ello y para que se produzca daño no es necesario que el armis golpee contra superficies duras para que se deteriore, ya que sus propios golpes internos provocan el deterioro.
Un saludo
Jorge Aldao
a veces nos ponemos susceptibles... Pero gracias por decirlo 
y cuando me doy cuenta o me lo señalan, pido disculpas. 
