The Skipper
Milpostista
Sin verificar
Os cuento lo que me pasó la semana pasada con un buen amigo. Estábamos los dos haciendo un curso de patrón de yate (no lo voy a necesitar en la vida porque a los barcos voy "a lo que voy", los que me conocéis ya sabéis de lo que hablo). El caso es que empezamos a hacer unas prácticas de nudos, y cuando le tocaba a mi amigo le veo quitarse el Yatchmaster (sí, se puso ese para el curso, estuve todo el día descojonándome de él) y le pregunté por qué lo hacía. Me dijo que no quería hacerle ninguna marca al reloj, y no pude evitar echarle la bronca. Los relojes están para disfrutarlos, los golpes o arañazos forman parte de la historia de "tu reloj". Quitárselo por miedo a dañarlo es de lo más tieso que hay. Es más, cuando me tocó después a mí le di un golpe a mi Submariner azul con el que llevo poco tiempo. Y al único que le dolió fue a mi colega. Espero que a vosotros no os pase.
Seré un tieso, pero me suelo bajar del barco para ir a la taberna del puerto. Si tuviera un Ferrari, también me bajaría de él para hacer escalada.
¡Qué cosas hay que oir!