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Exactamente.Pruébate uno y lo entenderás :
Basicamente yo creo que en su singularidad radica el exito.
Pues perdona que te diga pero los italianos serán famosos por no pocas cosas, pero vamos no precisamente por su arrojo y valentía, razón por la que se han hecho ya hasta la fecha unos cuántos chistes acerca de su 'ferocidad', de modo que amigo mío, alaba su capacidad de disfrutar de la 'dolce vita', su gran conocimiento en la cocina, su gran sensibilidad y habilidad para el arte, su gusto para el diseño... pero no me jodas hombre, alabarles por su valentía es igual que ignorar los libros de historia... ¿Tú sabes cuáles son los tres libros más delgados que se han escrito jamás?: el libro de la historia de los EE.UU., el libro de la cocina inglesa y el libro de los héroes italianos...
Officine panerai era una empresa italiana fabricante de los más diversos instrumentos. Suministradora del ejercito italiano pero también con muchos otros clientes, del sector del automovil, por ejemplo. Un buen día les dió por fabricar relojes. Para la marina italiana primero, después para el público en general. Cuando aparecieron los primeros en las relojerias, yo estaba entónces en Portugal, me parecieron enormes y tan básicos y tan caros que no daba crédito a mis ojos. Nada sabía por entonces de la empresa y de su historia. No le auguré ningún éxito. Es más, no me imaginaba a nadie capaz de comprar semejantes artefactos.
Como véis, soy un lince.
Años después, en España y con la marca en manos del grupo Richemont, me probé uno y sucumbí.
Y ahora, despues de los derroteros últimos de la marca, el Panerai que más me gusta es este...
Tu si que tienes retranca.
Yo tambien conocí el relato de la marca, efectivamente los valientes soldados italianos, sí, esos que valen para luchar en varias guerras porque en una no mueren, lo llevaban puesto en la segunda guerra mundial.
Eso me emocionó...lo han diseñado italianos!!!!!. Con estos antecedentes no era de extrañar que mi afición por la marca fuese la misma que tengo por los bordados del Palacio real.
Luego vi sus precios y lo que ofrecían a cambio y me dije yo a mi mismo que semejantes piezas eran memorables, es decir, dignas de ser recordadas durante tiempo.