joler
De la casa
Sin verificar
NOTA: Las fotos tardarán unos minutos en estar disponibles.
A veces da la impresión de que la historia de la relojería es cosa de dos marcas: Omega y Rolex.
Una de las razones es que, al final, en el imaginario colectivo sólo perduran las grandes gestas: ir a la Luna, bajar a la fosa de Las Marianas, cruzar el Canal de la Mancha con el reloj al cuello... y todo ello, aderezado con un buen marketing que consigue que ese mismo reloj pase, por arte de magia, del cuello al brazo...
Pierce es una de esas marcas sólo conocida por los aficionados al vintage y no será porque no hizo movimientos de calidad o porque no innovó o porque no creo soluciones únicas e imaginativas como veremos a lo largo del hilo.
La pieza de hoy es un Pierce con calibre 103 con segundero central, sistema Parashock, water proof y antimagnético.
¿Es posible que una pieza con un aspecto tan anodino atesore algo de calidad?
Veamos lo que puede dar de sí este pequeñín.
Se trata de un calibre 103 que data de los años 40 al que se le añadió como complicación el segundero central mediante una rueda que, sobresaliendo por encima del puente de rodaje, transmite el movimiento al eje de los segundos.
Los relojes con el típico segundero a las 6 o a las 9 resultaban poco prácticos para multitud de actividades que exigían una buena visibilidad de los segundos: militares, médicas, etc. Así lo acredita la publicidad de la época.
De esta forma tan sencilla muchas marcas modificaron sus movimientos para adaptarlos a esa nueva demanda.
_ El sistema de protección contra golpes.
Pierce utiliza en este caso un doble sistema de protección contra golpes que es bastante ingenioso.
Por un lado el típico sistema de protección en los pivotes del volante con dos grandes rubíes con sus contrapiedras y por otro, un novedoso sistema que protege todo el movimiento.
En efecto, si observamos con detenimiento vemos que el movimiento no va fijado a la caja con ninguno de los sistemas habituales: bata, tornillos etc.
El movimiento no toca la caja en ningún punto si no que queda sujeto cuando la tapa trasera comprime un resorte de acero situado en el centro del reloj.
Es además un sistema de sujeción dinámico que permite que el movimiento se mueva ligeramente cuando la caja sufre un golpe minimizando así la posibilidad de rotura de alguno de los pivotes.
_ La caja resistente al agua
Los grandes tornillos de la tapa trasera ya dan una idea de las cualidades de la caja pero Pierce ha ido más allá abordando el problema de la estanqueidad de forma integral.
Los tornillos trabajan en colaboración con una lámina de plomo que garantiza un óptimo sellado de la caja y que tras cada apertura recobra sus propiedades si se calienta.
Por otro lado, el conjunto tija-corona, otra de las partes sensibles a la humedad, se inserta en la caja sin tubo que ha sido sustituido por una especie de tornillo regulable que puede ser apretado con motivo de las revisiones del reloj.
Todo ello complementado por un grueso plexi que autoriza a Pierce publicitar el reloj como hermético y resistente al agua.
Lamentablemente a esta unidad le faltan el segundero, resorte del tirete, báscula, piñón, etc.
Una pieza realmente especial que sólo concitó el interés de tres compradores y que al final se adjudicó por 12 euros.
_ Algunas de las innovaciones de Pierce
Este pequeño reloj es una humilde muestra de las soluciones innovadoras que Pierce aportó a la relojería y cuyo ejemplo más conocido son los cronógrafos cuya complejidad de reparación hizo que se acuñara la frase "Hay que ser muy guapo para meterse con un Pierce".
Otra de las joyas es el sistema de carga automática lineal absolutamente diferente a los de rotor central.
El Duofon, calibre con alarma con dos intensidades de sonido regulables a voluntad.
O el modelo Correctomatic que mediante dos pulsadores permitía hacer pequeños ajustes en el volante sin abrir el reloj.
Grandes innovaciones técnicas de una gran marca a la que sólo se recuerda por sus cronógrafos.
Espero que os haya entretenido
A veces da la impresión de que la historia de la relojería es cosa de dos marcas: Omega y Rolex.
Una de las razones es que, al final, en el imaginario colectivo sólo perduran las grandes gestas: ir a la Luna, bajar a la fosa de Las Marianas, cruzar el Canal de la Mancha con el reloj al cuello... y todo ello, aderezado con un buen marketing que consigue que ese mismo reloj pase, por arte de magia, del cuello al brazo...
Pierce es una de esas marcas sólo conocida por los aficionados al vintage y no será porque no hizo movimientos de calidad o porque no innovó o porque no creo soluciones únicas e imaginativas como veremos a lo largo del hilo.
La pieza de hoy es un Pierce con calibre 103 con segundero central, sistema Parashock, water proof y antimagnético.
¿Es posible que una pieza con un aspecto tan anodino atesore algo de calidad?
Veamos lo que puede dar de sí este pequeñín.
Se trata de un calibre 103 que data de los años 40 al que se le añadió como complicación el segundero central mediante una rueda que, sobresaliendo por encima del puente de rodaje, transmite el movimiento al eje de los segundos.
Los relojes con el típico segundero a las 6 o a las 9 resultaban poco prácticos para multitud de actividades que exigían una buena visibilidad de los segundos: militares, médicas, etc. Así lo acredita la publicidad de la época.
De esta forma tan sencilla muchas marcas modificaron sus movimientos para adaptarlos a esa nueva demanda.
_ El sistema de protección contra golpes.
Pierce utiliza en este caso un doble sistema de protección contra golpes que es bastante ingenioso.
Por un lado el típico sistema de protección en los pivotes del volante con dos grandes rubíes con sus contrapiedras y por otro, un novedoso sistema que protege todo el movimiento.
En efecto, si observamos con detenimiento vemos que el movimiento no va fijado a la caja con ninguno de los sistemas habituales: bata, tornillos etc.
El movimiento no toca la caja en ningún punto si no que queda sujeto cuando la tapa trasera comprime un resorte de acero situado en el centro del reloj.
Es además un sistema de sujeción dinámico que permite que el movimiento se mueva ligeramente cuando la caja sufre un golpe minimizando así la posibilidad de rotura de alguno de los pivotes.
_ La caja resistente al agua
Los grandes tornillos de la tapa trasera ya dan una idea de las cualidades de la caja pero Pierce ha ido más allá abordando el problema de la estanqueidad de forma integral.
Los tornillos trabajan en colaboración con una lámina de plomo que garantiza un óptimo sellado de la caja y que tras cada apertura recobra sus propiedades si se calienta.
Por otro lado, el conjunto tija-corona, otra de las partes sensibles a la humedad, se inserta en la caja sin tubo que ha sido sustituido por una especie de tornillo regulable que puede ser apretado con motivo de las revisiones del reloj.
Todo ello complementado por un grueso plexi que autoriza a Pierce publicitar el reloj como hermético y resistente al agua.
Lamentablemente a esta unidad le faltan el segundero, resorte del tirete, báscula, piñón, etc.
Una pieza realmente especial que sólo concitó el interés de tres compradores y que al final se adjudicó por 12 euros.
_ Algunas de las innovaciones de Pierce
Este pequeño reloj es una humilde muestra de las soluciones innovadoras que Pierce aportó a la relojería y cuyo ejemplo más conocido son los cronógrafos cuya complejidad de reparación hizo que se acuñara la frase "Hay que ser muy guapo para meterse con un Pierce".
Otra de las joyas es el sistema de carga automática lineal absolutamente diferente a los de rotor central.
El Duofon, calibre con alarma con dos intensidades de sonido regulables a voluntad.
O el modelo Correctomatic que mediante dos pulsadores permitía hacer pequeños ajustes en el volante sin abrir el reloj.
Grandes innovaciones técnicas de una gran marca a la que sólo se recuerda por sus cronógrafos.
Espero que os haya entretenido
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