Te felicito por la elección. Me encanta ese Tudor por diseño, por dimensiones -a pesar de que tengo una muñeca mayor que la tuya, encuentro que esa medida es ideal-, por todo en general. De hecho, lo llegué a encargar en una relojería -sin compromiso de compra por mi parte-, pero su adquisición no era ya factible cuando me avisaron para que lo fuera a ver. En efecto, acababa justo de comprar el que para mí rivalizaba con él, el Seiko SJE093, y no me parecía razonable una doble compra en tan poco tiempo de dos relojes que vienen, en definitiva, a cubrir el mismo hueco, tal como yo lo veo. A pesar de todo, fui a la relojería, me lo probé, me encantó y a punto estuve de cometer la locura de adquirirlo también.
De hecho creo que, objetivamente hablando, tu Tudor es mejor que mi Seiko -movimiento más preciso, mayor reserva de marcha, brazalete…-, pero con el Seiko tengo, por circunstancias personales, una historia y una conexión que no tengo con el Tudor.
Que hayas grabado el nombre de tus hijos es una decisión valiente porque significa que será un reloj para toda la vida, ya que has creado un vínculo emocional con el reloj, oficializado con el grabado, difícil, por no decir imposible, de romper. Si se hubiera tratado de otro reloj, habría pensado que era una decisión arriesgada. Pero con este Tudor no te has equivocado. Es de verdad un reloj para toda la vida. Podrás comprar otros más pero no tendrán nunca la magia ni te traerán los recuerdo que te traerá este.
Reitero mi enhorabuena. ¡Que lo disfrutes!