Goldoff
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Hola a todos,
Probablemente algunos recordéis la jornada de Master Class que la boutique Jaeger-Lecoultre ofreció a los foreros de Relojes Especiales.
En esa ocasión no tuve oportunidad de asistir, así que tuve que hacer de narrador de lo que me habían contado, con fotos prestadas y claro, no es lo mismo...
Pues bien, mi propia oportunidad llegó de la mano de Pere Quera y su mano derecha: Rafal Vázquez, uno de las personas más profesionales que pueda haber en este sector. Este viernes 23 era el día, y casi no se notó que llegué un poco tarde
De hecho, estaba ya todo (y todos) a punto para empezar: batas,
instrumental...
... y hasta la víctima propiciatoria para nuestra iniciación en los arcanos de la Alta Relojería: Un precioso movimiento JLC 875 Gran Date con 8 días de reserva de marcha gracias a su doble barrilete. Hay que decir aquí que no se trata de ningún "dummy" o movimiento simulado sino de una máquina exactamente igual a las que montan los relojes que salen a la venta, si bien es cierto que estas ya traían algunas cicatrices de las mil batallas en las que han sido desmontadas y vueltas a montar por manos más o (ehem) menos expertas, a las que a veces se les ha ido un poco el destornillador... debía ser por eso que no se las veía temblar
Jaeger Lecoultre estuvo representada por Juan Lorca, relojero de JLC y la persona que nos iba a guiar paso a paso a la hora de desmontar pero sobre todo nos iba a ayudar a reconocer las piezas que cual cirujanos íbamos a ir extrayendo de los pacientes pacientes, y por Max Kinget, el responsable comercial de la marca que nos daría la teórica. Dos grandes profesionales, hay que decir.
Esa teórica empezó con un video en la que se describían paso a paso los distintos estratos por los que está formado el 875, mientras que las animaciones nos daban una idea de por dónde tendríamos que atacar: a priori parecía una misión si no imposible si extremadamente difícil para llevarla a cabo en una jornada...
Primera parte práctica: Juan nos enseña cómo agarrar el destornillador, cómo sacar los tornillos (más difícil de lo que pueda parecer a primera vista), cómo manejar las pinzas... a estas alturas ya todos sabemos que si aprietas demasiado -y esta palabra siempre es relativa- puedes despedirte de ese tornillo tan pequeñito que por fin conseguiste hacer salir de su alojamiento una vez desenroscado.
Debajo del puente que se ve en la perte superior íbamos a encontrar el sistema de indicación de reserva de marcha, y debajo de éste los dos barriletes conectados a él (uno de ellos asoma por debajo de la rueda de centro, ahí donde se lee "DUO").
Como es verdaderamente difícil manejar la cámara a la vez que el destornillador mientras agarras el portamáquinas de metacrilato, tendréis que creeros que el despiece que veis aquí lo hice yo solo sin ayuda de Juan (ni de Xavi, el relojero de Pere Quera, que también supervisaba estos nuestros balbuceos relojeriles). De izquierda a derecha: el puente, la raqueta que mueve el indicador de RM (el motivo de ese vástago tan largo es que tiene que atravesar todo el movimiento para llegar al lado de la esfera para conectar con dicho indicador). Los engranajes que se ven a su lado forman la conexión entre la raqueta y uno de los barriletes. Fijaos en el tamaño del que está junto a la punta del destornillador. El de la derecha del todo -desenfocado en la foto- es un poco más grande.
Aquí el áncora, sobre la que Juan nos metió el miedo en el cuerpo al avisarnos que tiene el eje más frágil de todo el reloj y que que si al re-montar el correspondiente puente (ahí detrás) no estaba bien situada adiós áncora. Y no había de recambio .
Lo de la derecha son las pinzas, y a la izquierda tenemos un "picaceites"
La rueda de escape con su bien trabajado puente. Un detalle: el rubí que sujeta la rueda está ligeramente inclinado.
Aplicados alumnos, prácticamente todos terminábamos al unísono. No sé si eso es señal de que seríamos aprovechables como relojeros aprendices, pero lo cierto es que disfrutábamos como enanos (dicho esto en sentido figurado )
Por cierto, que los relojes de los asistentes estaban repartidos:
Un par de Reversos (el de Joaquim quedó oculto bajo su manga)
... un GP Horas del Mundo...
... un precioso Portugués Siete Días de oro (el Portugués, no los siete días )
y mi 3536 GST. Parecería que uno elige IWC cuando va a un evento de JLC y no tiene un reloj de esa marca, ya es la segunda vez que lo observo ¿verdad, Javier? .
Habrá que solucionar eso
No todo iba a ser trabajar. El receso para la comida nos recordó que el día era espléndido.
Y Rafael y Pere unos estupendos anfitriones...
... que saben tratar a sus invitados como a príncipes.
No os pongo el menú porque no es de gastronomía que iba el hilo, pero de verdad que fue magnífico
Por la tarde seguimos a un ritmo más light, aunque nos enfrentamos a la ya comentada áncora y al delicado escape, y tengo que decir que con todo éxito. Lamentablemente no tomé fotos del proceso, tan enfrascado estaba en ello
Al finalizar fuimos recompensados con el diploma acreditativo
el libro de la Grande Maison
y un CD con el despiece que habíamos visto por la mañana y un juego de colocación de piezas tipo puzzle para que podamos practicar. Todo uno detallazo
Como prueba y recuerdo de la soleada jornada os dejo esta foto de la catedral de Girona en casi todo su esplendor:
Pues nada más, espero que os haya resultado entretenido.
Muchas gracias a Pere Quera por la invitación y a Jaeger LeCoultre por la iniciativa: tal vez una de las mejores ideas para fomentar la afición.
Probablemente algunos recordéis la jornada de Master Class que la boutique Jaeger-Lecoultre ofreció a los foreros de Relojes Especiales.
En esa ocasión no tuve oportunidad de asistir, así que tuve que hacer de narrador de lo que me habían contado, con fotos prestadas y claro, no es lo mismo...
Pues bien, mi propia oportunidad llegó de la mano de Pere Quera y su mano derecha: Rafal Vázquez, uno de las personas más profesionales que pueda haber en este sector. Este viernes 23 era el día, y casi no se notó que llegué un poco tarde
De hecho, estaba ya todo (y todos) a punto para empezar: batas,
instrumental...
... y hasta la víctima propiciatoria para nuestra iniciación en los arcanos de la Alta Relojería: Un precioso movimiento JLC 875 Gran Date con 8 días de reserva de marcha gracias a su doble barrilete. Hay que decir aquí que no se trata de ningún "dummy" o movimiento simulado sino de una máquina exactamente igual a las que montan los relojes que salen a la venta, si bien es cierto que estas ya traían algunas cicatrices de las mil batallas en las que han sido desmontadas y vueltas a montar por manos más o (ehem) menos expertas, a las que a veces se les ha ido un poco el destornillador... debía ser por eso que no se las veía temblar
Jaeger Lecoultre estuvo representada por Juan Lorca, relojero de JLC y la persona que nos iba a guiar paso a paso a la hora de desmontar pero sobre todo nos iba a ayudar a reconocer las piezas que cual cirujanos íbamos a ir extrayendo de los pacientes pacientes, y por Max Kinget, el responsable comercial de la marca que nos daría la teórica. Dos grandes profesionales, hay que decir.
Esa teórica empezó con un video en la que se describían paso a paso los distintos estratos por los que está formado el 875, mientras que las animaciones nos daban una idea de por dónde tendríamos que atacar: a priori parecía una misión si no imposible si extremadamente difícil para llevarla a cabo en una jornada...
Primera parte práctica: Juan nos enseña cómo agarrar el destornillador, cómo sacar los tornillos (más difícil de lo que pueda parecer a primera vista), cómo manejar las pinzas... a estas alturas ya todos sabemos que si aprietas demasiado -y esta palabra siempre es relativa- puedes despedirte de ese tornillo tan pequeñito que por fin conseguiste hacer salir de su alojamiento una vez desenroscado.
Debajo del puente que se ve en la perte superior íbamos a encontrar el sistema de indicación de reserva de marcha, y debajo de éste los dos barriletes conectados a él (uno de ellos asoma por debajo de la rueda de centro, ahí donde se lee "DUO").
Como es verdaderamente difícil manejar la cámara a la vez que el destornillador mientras agarras el portamáquinas de metacrilato, tendréis que creeros que el despiece que veis aquí lo hice yo solo sin ayuda de Juan (ni de Xavi, el relojero de Pere Quera, que también supervisaba estos nuestros balbuceos relojeriles). De izquierda a derecha: el puente, la raqueta que mueve el indicador de RM (el motivo de ese vástago tan largo es que tiene que atravesar todo el movimiento para llegar al lado de la esfera para conectar con dicho indicador). Los engranajes que se ven a su lado forman la conexión entre la raqueta y uno de los barriletes. Fijaos en el tamaño del que está junto a la punta del destornillador. El de la derecha del todo -desenfocado en la foto- es un poco más grande.
Aquí junto a los tornillos del puente, que comparativamente parecen enormes... increíblemente bien ejecutados.
Aquí el áncora, sobre la que Juan nos metió el miedo en el cuerpo al avisarnos que tiene el eje más frágil de todo el reloj y que que si al re-montar el correspondiente puente (ahí detrás) no estaba bien situada adiós áncora. Y no había de recambio .
Lo de la derecha son las pinzas, y a la izquierda tenemos un "picaceites"
La rueda de escape con su bien trabajado puente. Un detalle: el rubí que sujeta la rueda está ligeramente inclinado.
Aplicados alumnos, prácticamente todos terminábamos al unísono. No sé si eso es señal de que seríamos aprovechables como relojeros aprendices, pero lo cierto es que disfrutábamos como enanos (dicho esto en sentido figurado )
Por cierto, que los relojes de los asistentes estaban repartidos:
Un par de Reversos (el de Joaquim quedó oculto bajo su manga)
... un GP Horas del Mundo...
... y tres IWC, a saber:
Aquatimer...
Aquatimer...
... un precioso Portugués Siete Días de oro (el Portugués, no los siete días )
y mi 3536 GST. Parecería que uno elige IWC cuando va a un evento de JLC y no tiene un reloj de esa marca, ya es la segunda vez que lo observo ¿verdad, Javier? .
Habrá que solucionar eso
No todo iba a ser trabajar. El receso para la comida nos recordó que el día era espléndido.
Y Rafael y Pere unos estupendos anfitriones...
... que saben tratar a sus invitados como a príncipes.
No os pongo el menú porque no es de gastronomía que iba el hilo, pero de verdad que fue magnífico
Por la tarde seguimos a un ritmo más light, aunque nos enfrentamos a la ya comentada áncora y al delicado escape, y tengo que decir que con todo éxito. Lamentablemente no tomé fotos del proceso, tan enfrascado estaba en ello
Al finalizar fuimos recompensados con el diploma acreditativo
el libro de la Grande Maison
y un CD con el despiece que habíamos visto por la mañana y un juego de colocación de piezas tipo puzzle para que podamos practicar. Todo uno detallazo
Como prueba y recuerdo de la soleada jornada os dejo esta foto de la catedral de Girona en casi todo su esplendor:
Pues nada más, espero que os haya resultado entretenido.
Muchas gracias a Pere Quera por la invitación y a Jaeger LeCoultre por la iniciativa: tal vez una de las mejores ideas para fomentar la afición.