Ten cuidado con lo que deseas, porque a veces lo puedes conseguir.
Esta va a ser mi firma.
La escuché por primera vez en una película cuando era muy joven, y el contrasentido o contradicción que encierra, me llamó tanto la atención, que a lo largo de mi vida he podido comprobar diversas situaciones en las que acontecía y se cumplía, al principio para mi sorpresa, y ahora con bastantes años más, aceptándolo casi como un axioma.
Cuando perseguimos algo con mucho tesón y empeño, muchas veces terminamos por conseguirlo, y es entonces cuando ese deseo cumplido se puede llegar a transformar en algo indeseable, en algo de lo que queremos huir.
En ocasiones es porque no hemos sabido “leer” todo lo que implicaba y contenía el deseo, fijándonos sólo en lo más superficial y atractivo, pero también en otras puede llegar a ser porque no hemos estado a la altura de la meta alcanzada, y mantenerse ahí puede llegar a resultarnos muy pesado.
Es curioso, pero aplica a casi todo: a las cosas materiales, situaciones personales, profesionales e incluso a las personas: la novia más guapa puede llegar a ser aquella que jamás te habría gustado conocer.
(es un ejemplo; pero por si alguna vez lee esto mi mujer, la novia más guapa es con la que me terminé casando, y un deseo del que estoy encantado).