Vaya subidón de hilo... Pero ya que se ha hecho...aprovecho para poner otra versión más...
En fin...
un crack... Wilsdorf era un auténtico crack...
Saludotes.
El mejor chiste del año en Relojes Especiales….
Porque Hans Wildorf (el fundador de Rolex), comparado con Jacques Piguet y Jean Claude Biver (los fundadores de Blancpain S.A. en Le Brassus) era un
“niño de pecho” a la hora de hacer marketing.
La verdad es que Jacques Piguet compró en 1982 una marca relojera (Blancpain) que no estaba operativa, con la presumible intención de usarla para valorizar la empresa productora de ebauches Frédéric Piguet que había heredado de su padre.
De esta manera, en lugar de vender movimientos, vendería relojes completos y el conjunto podría venderse a mejor precio.
Inicialmente, Jacques Piguet incorporó la marca Blancpain a los activos de su empresa Frédéric Piguet.
Pero un año después, en 1983, Piguet separó a Blancpain de Frédéric Piguet y se asoció con Jean Claude Biver, ya que necesitaba una persona capaz que gestionara las ventas y el marketing de Blancpain y creó una nueva firma relojera, Blancpain S.A. (Biver tenía una foja de servicios excelente en Omega)
A esa nueva firma relojera Jacques Piguet le puso legalmente la marca de Blancpain, nombre de una antigua empresa que había desaparecido en 1932 y que había tenido sus talleres en la localidad suiza de Villeret y cuya marca valía tan poco que Piguet pudo comprarla por el equivalente de 12.000 dólares a la empresa SSIH (que pasaba por serios aprietos financieros y que era la propietaria de esa marca).
En la nueva Blancpain S.A. Piguet y Biver tenían cada uno el 48% de la sociedad y el 4% restante quedó para un tal Michel Favre que fue designado Secretario de la Junta de Administración de la sociedad creada.
Piguet retuvo para sí el cargo de Presidente de la Junta de Blancpain S.A. y, por supuesto, seguía siendo dueño y presidente de ebauches Frédéric Piguet.
Como parte de su operación de marketing, Piguet comenzó a divulgar la historia (cierta o falsa, eso deberá investigarse) de que la
marca Blancpain tenía su origen en el año 1735.
Pero la sorprendente verdad
quizás la encontremos en el
número 5 de la Revista Lettres de Brassus (órgano impreso y On-Line de la actual Blancpain) que dice algo sorprendente en su página 8 y es lo siguiente:
Los Blancpain respetaban una costumbre de Villeret por la que era considerado arrogante e imprudente comercialmente hacer figurar el nombre del fabricante en un reloj.
Dice también
que los Blancpain se contentaban con vender su producción sin ninguna denominación especial y que la discreción que caracterizaba sus métodos de distribución nos priva virtualmente de cualquier testimonio de las primeras realizaciones de Blancpain.
Y señala
que el único vestigio de las creaciones de la familia Blancpain antes del año 1800 fue descubierto sobre la cara interna de un reloj perteneciente a Luis XVI, que llevaba la inscripción «Blancpain et fils».
El autor sigue diciendo:
A pesar de la falta de piezas firmadas de este período, está comprobado que David-Louis Blancpain puso su atención en los grandes centros económicos europeos para vender los relojes de la familia Blancpain y que hasta la ocupación de Villeret por los franceses en 1798, un miembro de la familia hacia este viaje de negocios cada año.
¿Comprobado?...
¿Por quién?...
¿Con qué documentos?
¿Pretenden que aceptemos como un “artículo de fe" que Blancpain fabricaba relojes con "diales estériles" vendiéndolos "en blanco" para que otras empresas les pusieran su propia marca?
Pero, para completar esta genial operación de marketing (fundando una nueva empresa pero usando el nombre de una empresa antigua) Jacques Piguet rebautizaba todos los calibres Frédéric Piguet que usaba en los Blancpain hechos en Le Brassus con las iniciales
BP, haciendo creer a mucha gente que
"Blancpain era una manufactura".
Ello, pese a que es sabido que durante ese tiempo
todos los relojes de la nueva Blancpain llevaban movimientos Frédéric Piguet y que (salvo unos pocos hechos en exclusiva para Blancpain como el BP 1735 o el Tourbillón BP 56F9U con 8 días de reserva ) la mayoría de esos movimientos también eran provistos a otras empresas relojeras, por lo que las tripas de unos cuantos Blancpain actuales no son tripas exclusivas de BP sino compartidas con otras marcas de relojes.
La prueba definitiva de que Jacques Piguet y Jean-Claude Biver eran unos verdaderos
“cracks del marketing” y que le ganaban por goleada a Hans Wildorf es que la marca Blancpain fue comprada por Jacques Piguet al grupo SSIH en 1982 por aproximadamente
12 mil dólares y luego revendida en 1992 (apenas 10 años después) por
43 millones de dólares, al mismo grupo empresario (que en ese momento ya era conocido como SMH y que luego cambiaría por el nombre de Grupo Swatch).
Cierto es que en la venta de la nueva Blancpain no se vendía una marca “pelada” (tal como había sido comprada) sino que se la vendía con toda la estructura industrial y comercial de Fréderic Piguet, de cuyos ebauches dependen muchas empresas relojeras competidoras del grupo Swatch.
Y que al recuperar la marca Blancpain y con la compra de Frédéric Piguet el grupo Swatch aumentó notablemente el control de la producción de relojes en Suiza.
En síntesis:
-a) Jacques Piguet y Jean-Claude Biver lograron hacer creer a mucha gente que la Blancpain de Le Brassus (una empresa nueva con apenas 20 años de edad) es una empresa antigua fundada en 1735.
-b) no sólo lograron ese “milagro marketinero” sino que al proveer a la falsa manufactura Blancpain con los mejores calibres de Frédéric Piguet (a los que se sumaron algunos movimientos no diseñados por Piguet) han hecho que mucha gente olvide que la Blancpain original de Villeret era una empresa que hacía movimientos de mediana calidad y que nunca había sido “Alta Relojería”.
-d) Este marketing impecable de Piguet y Biver ha sido continuado por Mark Hayek quien en el año 2010 decidió blanquear
la “desprolijidad” de llamar “manufactura” a la nueva Blancpain (pese a que esta empresa era una simple montadora de calibres ajenos).
Para lograr ese blanqueo y como “Capo Máximo” de la nueva Blancpain y de Fréderic Piguet, dispuso la compra de Frédéric Piguet por parte de Blancpain.
Y en las noticias que detallan esta “Consolidación” (como llaman ellos a este “blanqueo del timo”) encontramos otra prueba de que la nueva Blancpain no era manufactura ya que en esas noticias se destaca que la empresa Frédéric Piguet al “desaparecer” dentro de la empresa Blancpain añade 500 nuevos empleados a los aproximadamente 50 que ya tenía Blancpain.
Vamos… Hay que reconocer que
“el ratón se comió al gato”…
Vaya brillantes trucos de marketing logrados por Jacques Piguet, Jean Claude Viber y Mark Ayek.
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Si no estuviera muerto, creo que habría que recomendarle a Hans Wildorf que se diera una vuelta por la actual Blancpain S.A. para aprender algo de marketing (y de “picaresca”)