The Skipper
Milpostista
Sin verificar
¡Creo que ya lo tengo!:
Parece que al principio de la historia relojera, los suizos francoparlantes (a diferencia de sus compatriotas germanófonos que se entretenían lanzando flechas a las manzanas colocadas sobre las cabezas de sus amigos) cuando volvían de su trabajo con el ganado se dedicaban a fabricar y vender relojes a los turistas en los mercadillos del domingo.
Tradicionalmente ponían una etiqueta con la palabra neuf sobre el vidrio para indicar que el reloj era nuevo de trinca, no como ahora que en las páginas de internet ponen NIB o NOS. Pues bien, habiendo observado que en ocasiones la etiqueta desaparecía misteriosamente y los compradores latinos pedían descuento por llevarse el reloj presuntamente usado, decidieron imprimirla directamente en la esfera.
Evidentemente, esto planteaba un problema de ingeniería con el que los ganaderos-relojeros de la zona (el vaquero Constantino, Patés Felipe o Morcillas La Cruz que luego conoceríamos como VC PP y MLC) se veían sobrepasados, ya que la palabra desentonaba con el resto de la decoración de los relojes.
Tuvo que ser una humilde alumna de primaria quien descubriera que en francés neuf es lo mismo que neuf . O sea, que podían poner un 9 y el significado no cambiaba. A la alumna (parece que se llamaba Milka) le dieron una tableta de chocolate como recompensa a su hallazgo y desde entonces marcaron todas las esferas de sus relojes nuevos con un 9.
La ventaja añadida es que podían vender cualquier reloj usado como si fuera nuevo, ya que así estaba marcado.
¿Veis? No era tan difícil: un rato consultando la whiskypedia y ya está.
Parece que al principio de la historia relojera, los suizos francoparlantes (a diferencia de sus compatriotas germanófonos que se entretenían lanzando flechas a las manzanas colocadas sobre las cabezas de sus amigos) cuando volvían de su trabajo con el ganado se dedicaban a fabricar y vender relojes a los turistas en los mercadillos del domingo.
Tradicionalmente ponían una etiqueta con la palabra neuf sobre el vidrio para indicar que el reloj era nuevo de trinca, no como ahora que en las páginas de internet ponen NIB o NOS. Pues bien, habiendo observado que en ocasiones la etiqueta desaparecía misteriosamente y los compradores latinos pedían descuento por llevarse el reloj presuntamente usado, decidieron imprimirla directamente en la esfera.
Evidentemente, esto planteaba un problema de ingeniería con el que los ganaderos-relojeros de la zona (el vaquero Constantino, Patés Felipe o Morcillas La Cruz que luego conoceríamos como VC PP y MLC) se veían sobrepasados, ya que la palabra desentonaba con el resto de la decoración de los relojes.
Tuvo que ser una humilde alumna de primaria quien descubriera que en francés neuf es lo mismo que neuf . O sea, que podían poner un 9 y el significado no cambiaba. A la alumna (parece que se llamaba Milka) le dieron una tableta de chocolate como recompensa a su hallazgo y desde entonces marcaron todas las esferas de sus relojes nuevos con un 9.
La ventaja añadida es que podían vender cualquier reloj usado como si fuera nuevo, ya que así estaba marcado.
¿Veis? No era tan difícil: un rato consultando la whiskypedia y ya está.