Buscando en ele excelente hilo de jaime Salcedo que tenemos por chincheta he encontrado un artículo muy interesante sobre los relojes ultraplanos de hace un siglo.
25. Los relojes planos, extraplanos y ultraplanos. En 1900 no aparece en La Fédération Horlogère Suisse ni un solo aviso publicitario de relojes planos o extraplanos (salvo error u omisión), pero varios de los expositores de la Exposición Universal de París de ese año presentaron sus relojes planos y extraplanos. Hasta donde pude averiguar, Jules Jurgensen, de Le Locle, que ganó Grand Prix, exhibió cuatro relojes de oro, de llave para la cuerda, extraplanos, para damas, de los que dio cuenta el redactor Mincieux sin decir más que deja de comentar los cronógrafos que expuso Jurgensen para mencionar esos cuatro relojes; Luis Brandt, de Bienne (relojes Omega), también premiado con Gran Prix y que presentó un cartón de seis cronómetros para dama, de diez líneas, de quien escribió Mincieux que "siguiendo la elegante sencillez que caracterizan estas piezas, una decoración muy interresante detiene mis recuerdos en una colección de relojes de bolsillo para hombre, de diecisiete líneas, con cajas llamadas extraplanas, de oro, cinceladas con una extrema finura". Francillon & Cie., de St.-Imier (relojes Longines), presentó "cuatro series de relojes de dieciocho líneas, extra-planos, y ante los cuales uno termina... ¡consultando su gousset (bolsillo del chaleco para el reloj)! Este tipo encantador [de relojes], en tanto que nuevo, se realiza en acero, plata lisa o cincelada y en oro; es uno de los éxitos destacados de la fábrica de Longines".
Al comentar la exhibición de Droz & Cie., de St.-Imier, Medalla de Oro en París 1900, Mincieux parece perder entusiasmo por los relojes delgados y planos: "ciertos modelos de los señores Droz & Cie. están construidos exactamente, y muy loablemente, a la moda del día: el reloj de bolsillo extraplano; a su lado contrastan los relojes colosos en metal, de los que observo aquí tres bellas muestras". La misma impresión de que Mircieux no acepta de buen grado los relojes planos se percibe en su comentario a los relojes exhibidos por Golay fils & Stahl, de Ginebra, declarados fuera de concurso por ser esta casa miembro del jurado: "varios relojes de repetición en cuartos, cinco minutos o minutos, excesivamente planos, con o sin cronógrafos, de una ejecución tan perfecta como moderna, con las últimas exigencias del mercado relojero". La expresiones "moda del día" y "las exigencias del mercado" parecen condenar, con diplomacia, los relojes extraplanos hacia el futuro: de Rodolphe Uhlmann, de Ginebra, Medalla de Bronce, dice "que no presenta más de 15 relojes, bellos, de factura distinguida, tipos francés e inglés, algunos de los cuales, extraplanos, demuestran cómo este fabricante desea mantenerse en la corriente, a veces caprichosa, de las exigencias modernas".
Pero unas son de cal y otras de arena: al comentar la colección de relojes complicados extraplanos que presentaron en París 1900 H. Redard & fils, Gran Prix colectivo, Mirceaux dice que son "de un muy buen aspecto, de una ejecución muy distinguida; son cronómetros, cronógrafos con ratrrappante, todas piezas de precisión". También se muestra más objetivo con L. Gironde, de Ginebra, premiado con Medalla de Oro, de quien destaca "piezas complicadas extraplanas, sabonetas y lepines, que tienen una expresión muy moderna". Otro de los premiados con Medalla de Oro, Clémence-Beurret, de La Chaux-de-Fonds, presentó "una bonita colección de relojes clásicos y extraplanos" que Mincieux califica "de buen gusto y elegantes por las excelentes proporciones del calibre registrado por la casa". Con Hass, Neveux & Cie., de Ginebra, Medalla de Plata, Mincieux recupera la admiración por la proeza técnica implícita en los relojes extraplanos: "Para terminar la enumeración de estas espléndidas piezas, un broche de oro sensacional, único: un reloj -permítaseme señalar, ¡simplemente plano!- de un espesor de cinco milímetros y medio, cronómetro de 18 líneas, cuyo movimiento «de magnitud» es extraordinario" (comentario que puede entenderse como que el movimiento es extraordinario a pesar de su tamaño, 18 líneas y 5,5 mm o 29 1/4 doceavos). Isaac Grasset & Cie., firma de Ginebra que recibió, quizás injustamente, Mención Honorable en París 1900, presentó varios relojes simplificados en los cuales se podían suprimir varias ruedas gracias (no sé cómo) a un muelle cilíndrico que había inventado esta firma y del cual dice Mincieux: "Me parece que, dadas estas modificaciones, poniendo el calibre casi al desnudo, si puedo expresarme así, la aplicación a las complicaciones en este último [reloj] daría una pieza notable, que podría ciertamente clasificar en la categoría de las extraplanas. Sin extenderme sobre los detalles de estos relojes simplificados, diré que el ajuste y reparación me parece que se facilitan y también por este motivo las obras de los Sres. Isaac Grasset & Cie. conseguirán sin duda un lugar honorable, antes de que pase mucho tiempo, en el mercado relojero".
Por último, en la reseña que Mincieux hace de la exhibición Fuera de Concurso de la manufactura LeCoultre & Cie., de Le Sentier (que fue miembro del jurado), manifiesta el comentarista que se le permita "admirar en grande lo que los señores LeCoultre fabrican en pequeño, en la construcción de sus calibres especiales de seis a veinte líneas, de una factura impecable", y menciona, entre otros relojes y calibres, "piezas para Inglaterra y Alemania, calibre revolver, puentes serpentinos (para relojes extraplanos, principalmente) con trinquete medio visible patentado, [y el] calibre de níquel especial para América".
Salvo que se me hayan escapado algunos, los relojes planos y extraplanos no ingresan a los avisos publicitarios de La Fédération Horlogère Suisse hasta diciembre de 1901, en plena crisis de las ventas de relojes suizos. El primero es uno de alguien que pregunta el 5 de diciembre: "Despertadores. ¿Quién fabrica un reloj de áncora despertador muy plano? Envíe ofertas con precios bajo la contraseña Z 3654 C a la agencia Haasenstein & Vogler, Chaux-de-Fonds". El 8 de diciembre D. Golay, de Sentier, ofrece su especialidad: "17 líneas, extraplanos". El día 19, Audemars frères, de Brassus, anuncian "Repeticiones a minutos 17 líneas extraplanos, especialidad".
El mismo día 19, Ernest Degoumois, fabricante de relojería de St.-Imier, avisa que: "Habiendo constatado la existencia de falsificaciones de mi reloj de bolsillo extraplanoBonheur cuya patente se intitula 'reloj de altura mínima, con volante visible', aviso a los interesados, fabricantes y compradores, que perseguiré, conforme a la ley federal, a todas las personas que cooperen, directa o indirectamente, a la fabricación y a la venta de relojes falsificados o imitados". El día 27, la Fabrique "HONESTUS"de La Chaux-de-Fonds publica un anuncio a página entera de su "montre extra-plate, balancier visible, échappement áncre, levées visibles, 15 rubis, réglage de présición, plat ou Breguet", texto que repite en el anuncio cuatro veces, formando una cruz, en medio de cuatro ilustraciones de su reloj Honestus, visto de frente y de perfil, que sitúa una en cada esquina del anuncio, y el sello de la marca Honestus en el centro. Este anuncio seguirá apareciendo en enero de 1902. No sé en qué paró todo aquello.
En 1907 ya son varias las fábricas que ofrecen relojes extraplanos: Moutier Watch Co., de Moutier, su "nuevo reloj de áncora, plano"; Sandoz Watch Co., de Saint Imier, sus relojes ultraplanos, de altura de 18 doceavos (3,4 mm), los planos de 26 doceavos (4,9 mm) y cronógrafos ultraplanos de 24 doceavos (4,5 mm); Küng-Champod & Cie., de La Chaux-de-Fonds, cuya especialidad eran los relojes para damas, extraplanos en oro, plata y acero; Paul Lévy, relojes de oro extraplanos y semiplanos en todos los tipos.
A despecho del señor Mincieux, los relojes extraplanos llegaron para reinar más de medio siglo.