Hola:
A modo de epilogo a este hilo quisiera apuntar un par de consideraciones más.
La primera es que ha habido muchas referencias invocando copias y falsificaciones de modelos conocidos por todos a lo largo de la historia de las estilográficas, como justificación de la situación que se plantea en la actualidad. Bien, la repetición de una acción no genera legitimidad para esa acción. Que un hecho censurable se repita de manera habitual, por un individuo o por un número de personas elevado, no hace que esa acción deje de ser censurable ni minimiza la razón por la que es sancionable y debe ser rechazada. Pensemos que un delincuente no legitima sus acciones por el hecho de ser reincidente, es más, la ley penaliza de manera explícita dicha trayectoria. El que el número de delincuentes sea grande, tampoco hace que se legitimen ni justifiquen sus acciones individuales o en conjunto, ni que dejen de ser sancionables.
Por otro lado, deseo que reflexionemos ante lo que se nos pasa por la cabeza, y sobre el valor monetario y la prioridad en la posible adquisición, que damos a una de esas muchas copias de época de modelos contemporáneos, por ejemplo, de la famosa Parker 51. Personalmente no me suelo detener en ellos y les otorgo un escaso valor, siempre relativizado. Respecto a la prioridad, no presentan para mí predilección en su adquisición frente a otros modelos. Y en conjunto, tienen una significancia en mi colección muy baja. En cierto modo, la historia ya los ha puesto en su lugar.
Finalmente, quiero plantear un Experimento Mental. Considerando lo que han afirmado algunos otros en sus intervenciones sobre el fenomenal aumento de la calidad en los productos estilográficos chinos, la mejora incomparable de sus materiales, la superación en la precisión de sus fabricados y el hecho defendido a bombo y platillo de que su precio está muy por debajo de su calidad y prestaciones y no debe ser el factor decisivo. Bien, eliminemos el factor precio de la ecuación y planteemos la siguiente situación.
Supongamos que estamos ante la obligación inexcusable de adquirir una y solamente una de entre dos plumas que nos ofrecen, ambas con idéntico precio, para el cual disponemos de fondos necesarios, y ambas en perfecto estado de conservación, cada una de ellas con sus características que le son propias.
- Una de ellas es la Sheaffer Balance original de los años 30.
- La otra es una wing sun 626 “original”, la del punto blanco, no ese autoplagio que ha hecho el propio fabricante con un punto dorado, reeditando su histórico modelo.
¿Cuál elegiría? (Sea sincero, no tiene que dar explicaciones a nadie ni comunicar su respuesta).
Solo una cosa más. Quiero agradecer de verdad todas y cada una de las intervenciones y aportes, todos respetables, que han hecho los compañeros para enriquecer este debate, aunque personalmente no esté de acuerdo con algunas de las opiniones manifestadas. Sería muy aburrido que todos pensásemos lo mismo. Me resulta muy agradable formar parte de una comunidad tan plural como esta.
Este tema es importante en nuestra situación actual económica y social y aunque nuestro sector es una gota de agua en el océano de la industria mundial, es un indicador de los pareceres de las personas que nos rodean. En cualquier caso, lo que suceda en estos años afectará al sector hasta el punto de que provocará cambios profundos en el mismo. Gracias a todas las participaciones, este debate está siendo muy interesante e ilustrativo, aunque será difícil llegar a conclusiones y ya no digamos a un consenso.
Saludos.