Es que creo, con los debidos respetos, que confundes términos.
Si me compro un coche que responde a lo anunciado, se estropea, me lo reparan y me aseguran que me lo devuelven con el mismo nivel de prestaciones (léase emisiones, potencia y su modo de entrega y consumo) que cuando lo compré es una cosa.
Si me compro un coche que no responde a lo anunciado es otra cosa. Quizás no, con total seguridad no hubiese comprado un coche que no cumple el estándar legal de emisiones, no porque sea un talibán ambiental, sino porque querría huir de los problemas que con total seguridad tendría en la ITV y también porque la cuestión ambiental importa (no necesariamente por el orden en el que lo he escrito).
Así qué más me da que garanticen que tras lo que hagan cumple? El problema está en el origen de la relación comercial.