Por otra parte este hilo puede volverse largo y tedioso sólo si hay foreros que insisten en negar lo innegable, vale decir, que la honestidad de Tag Heuer está en entredicho.
Cordial saludo
Jordi Aldao
P.S. No pienso que intente demonizar a Tag heuer, como usted sugiere. Sólo intento poner los puntos sobre las íes en la modesta medida de mis conocimientos.
Voy a hacer el esfuerzo (no me lo agradezca) de responder a su firma intentando señalarle sus horrores (porque entiendo que no va a aceptar sus errores):
Tuve la oportunidad de entrevistar a Jack Heuer, el último propietario de Heuer antes de que los graves problemas financieros lo echaran de la compañía en 1982. No fue TAG quien compró entonces Heuer-Leonidas, que así se llamaba la empresa. Fue Lemania, participada mayoritariamente por la familia Piaget, propietaria a su vez de la marca homónima. No fue hasta 1985 que Heuer-Leonidas cayó en las garras de la
pérfida TAG, de capital Saudí, para más señas. Si le sirve para engrandecer su animadversión para con la marca, le diré que ese capital -enorme, por cierto- provenía en parte del comercio de armas.
Llamo su atención sobre el nombre de la marca que dejó Jack: Heuer-Leonidas, así llamada por la compra de Leonidas por parte de Heuer (en realidad fue una fusión, pero todo el management quedó en manos de los Heuer). Lo digo porque no le he visto organizar ningún esperpento porque se abandonara la mitad del nombre. ¿Sabe usted las patentes de Leonidas que absorbió la nueva empresa? Porque cuando los Piaget-Lemania decidieron cercenar ese largo nombre antes de vender la compañía que habían tenido durante menos de tres años no dijeron de quién era qué.
La cagada de comunicación -eso fue- por parte de TAG-Heuer a la hora de explicar lo de "su" calibre 1887 se enmendó con creces con la "humillación" del mismísimo CEO de la marca bajando a la arena de los foros a entonar el mea culpa (lo hizo en Watchuseek, y estuvo a punto de hacerlo en RE: lo sé porque llegó a registrarse aquí), un hecho inaudito en la historia de la relojería suiza. ¿Qué más necesita usted? ¿Un Hara Kiri en la plaza pública? Es curioso que repita usted este episodio en todas y cada una de sus respuestas... sólo desde que se lo han recordado aquí mismo.
Ese mismo CEO (Jean-Christophe Babin) fue el que desató un frenesí creativo con la marca (en el sentido de "branding") abriendo líneas de producto de todo tipo, desde lentes hasta celulares, y abriendo también el camino de la Alta Relojería para TAG-Heuer. De su época son los siete fabulosos desarrollos que usted ningunea por "fardones e inútiles". Tan inútiles como la mismísima relojería mecánica, por cierto.
Cuando JC Babin fue reubicado en Bulgari (con gran acierto, desde mi punto de vista) ya había dejado dos hitos importantes: uno fue intuir que Heuer iba a ser una nueva fuente de marketing. El otro -consecuencia del anterior- fue llamar al bueno de Jack para hacerle presidente honorario.
La marcha de Babin dejó la marca en manos del que había sido jefe de diseño y desarrollo bajo su mandato, responsable de esos logros mecánicos que usted ningunea sin ninguna vergüenza. Es bajo esa nueva dirección de Stephane Linder que la empresa empieza a ir de mal en peor, sus ventas bajan estrepitosamente (estábamos ya en plena crisis económica global) y Linder no dio pie con bola. Hasta el punto que el mismísimo Dios (o sea, don Jean Claude Biver) bajó del Olimpo (esto es la presidencia de la sección relojera de LVMH) para tomar las riendas de un negocio que se iba a pique. Es ahí donde dice que lo que se había hecho hasta entonces era un manual sobre cómo NO llevar un negocio, y se refiere al ínterin entre Babin y él mismo. El resto hasta hoy es historia. En descargo de Linder diré que un buen jefe de I+D no tiene por qué ser además un genio del marketing (ver el
Principio de Peter)
¿Y qué pinta el comentario del principio acerca de mi charla con Jack Heuer en todo esto? Pues que me dijo que estaba más que encantado de ver en qué se había convertido su antigua empresa. Y mirándole a los ojos uno se da cuenta que un hombre de casi 90 años -poco o nada que fingir ya- habla sinceramente.
¿Que por qué ahora usan más Heuer que TAG-Heuer en ciertos modelos? Volvemos al camino que inició Babin en 2010 llamando a Jack. Biver sólo ha potenciado esa vía.
Por fin, y para mitigar su obsesión hacia TAG, le pregunto: ¿qué hubiera sido de Heuer (y Heuer-Leonidas) si no hubiera sido comprada por TAG? Retóricamente le respondo que lo más probable es que nadie la recordara, como nadie o casi nadie recuerda a Angelus, Büren, Cortebert, Gallet y tantas otras que no tuvieron la suerte de ser compradas por alguien que creyó en ellas o que al menos pensó que merecía la pena hacerlo.
Y otra más: después de su último desvarío acerca de las plumas tuve una conversación con responsables de TAG-Heuer comentándoles lo poco apropiado de afirmar que Eisenhower usó un TAG-Heuer, básicamente porque los aficionados saben (sabemos) que en la época de Eisenhower TAG no existía. La respuesta fue tan sencilla como ¿demoledora?: "la mayoría de la gente no sabe qué era Heuer y lo cierto es que no tenemos muchas esperanzas de que quieran saberlo, de manera que les hablamos de lo que conocen porque nuestro objetivo es vender relojes, no culturizar". Por cierto, saben de la existencia de usted y de sus obsesiones (se lo conté yo, claro), y están tan perplejos como yo mismo.
Saludos