Evidentemente, creo que la etapa de los relojes de buceo ya ha pasado. Cuando no había ordenadores, eran fundamentales para (junto con el profundímetro y las tablas de descompresión) sacarte con seguridad de un medio tan maravilloso como hostil como son las profundidades marinas.
Pero desde que existen los ordenadores de buceo, (que tienen todo en uno, dando además unos cálculos de descompresión mucho más exactos, y que te permiten bucear durante más tiempo), los relojes de buceo sirven poco más que para mirar la hora, y prácticamente sólo se bajan por motivos sentimentales.
Por otro lado, no veo demasiado sentido bajar a bucear con un reloj muy bueno o caro. No por el peligro de que este se inunde (cosa casi imposible si se hace un control y mantenimiento adecuado), sino por el peligro de que se lleve golpes, se pierda (cosa más dificil si se lleva con una NATO), o incluso que te lo roben en el barco.
Yo llevo dos ordenadores de buceo durante mis inmersiones (aunque en esta foto no se ven, pero la he puesto porque es bonita); uno de ellos por seguridad. Y si se rompiesen los dos, aún tendría los cálculos de descompresión que habría hecho el ordenador de mi compañero (que tendría el mismo perfil de inmersión que yo). Y en el casi imposible caso de que se estropeasen mis dos ordenadores y hubiese perdido al compañero, es cuando entraría en servicio mi reloj. Pero un reloj, si no llevas un profundímetro, no sirve de nada (y habría que añadir las tablas de descompresión). De hecho, yo creo que en caso de crisis total, prefiero un profundímetro (y no un reloj), para saber en todo momento a que profundidad me encuentro mientras subo (habiendo abortado la inmersión) hasta la parada de seguridad, donde me acabaría el aire de la botella.
Por eso es que yo nunca llevo bajo el agua un reloj que no sea profundímetro (así me ahorro un aparato). Y hay muchas inmersiones en las que debo reconocer que mis miradas nunca se fijan en los datos que marca el reloj (que llevo en mi muñeca derecha) sino en la izquierda, donde van los ordenadores.
Si tuviese que elegir un reloj para bucear, este sería el Aqualand I (que es quien baja la mayoría de las veces a acompañar a los ordenadores). Con una zulu extralarga, para poder abrocharla bien sobre el traje.
Aquí, el día que me acompañó en la inmersión nº 1000.
Aquí teneis a todos mis relojes profundímetro, acompañados de los dos ordenadores con los que bajan. El titular: un Mares Nemo Wide, a la derecha. Y a su izquierda el backup, un veterano Suunto Solution, que ha sido mi fiel compañero durante cientos de buceos.
Ya han dicho que, la mayoría de las veces, los profesionales bajan monitorizados con control desde arriba. Evidentemente, creo que deben llevar algún instrumento para asegurar su inmersión de manera autónoma, en caso de fallo. Pero repito que si yo tuviese que elegir un instrumento (que no fuese un ordenador), preferiría un profundímetro a un reloj. Y si llevase un reloj, este sería lo más resistente posible, para soportar las durísimas situaciones que te puedes encontrar trabajando bajo el agua.