Sólo te señalaré que son equivocados los datos que manejas: España no fue beneficiaria del plan Marshall. Fue excluída por estar Franco al frente del país. Y, dado lo que había entonces, lo que habría dado por estar invadido entonces por USA.
¿Y crees que ese aislamiento en la que sumieron a España impidió de alguna manera que llegaran noticias de fuera?
Hombre la represión de esos tiempos hacían que no se pudieran comentar en voz alta, pero algo llegó.
De todas maneras, el empacho al que me refería fue a posteriori, cuando el país se abrió y recibió todo de golpe en vez de, como lo hizo el resto de Europa, de una manera más gradual y "asimilable".
Y en cuanto a lo de que educar a un niño es lo mismo que educar a un perro, si es una provocación, vale, pero si no lo es y de verdad lo crees......en fin.
No me sorprende tu extrañeza al leer esto jajajaja es normal.
Pero ni es una provocación ni algo que no se pueda comprobar sobre el terreno.
Desde un punto de vista biológico, los perros (y muchos otros animales) y los humanos somos muy parecidos, lo que pasa es que en la evolución nos fuimos por ramas diferentes.
Los perros (por seguir con ellos y que es el animal que más conozco) es un mamífero de sangre caliente, con un sistema nervioso que reacciona a los mismos estímulos que el nuestro y su cerebro, piensa y sueña como el nuestro. Reaccionan a estímulos emocionales como nosotros y tienen sentimientos. Lloran, sufren, se rien y hasta gastan bromas. El que desde un punto de vista humano, les hayamos "encasillado" no significa que no los tengan.
Tuve la enorme suerte de que me educaran para yo poder educar a mi perro. Personas que son de los que más saben de perros porque con ellos salvan vidas.
Los refuerzos positivos, funcionan lo mismo en los perros que en los niños, y esos refuerzos positivos les enseñan lo que queremos darles a entender como correcto. Lo que está bien o es tolerable.
Los castigos, funcionan igual en los perros que en los niños, y esos castigos les enseñan lo que queremos darles ha entender que es negativo o esta mal y no se debe hacer.
La diferencia más significativa estriba en la forma de comunicación. Ni el perro acabará hablando, ni la persona acabará ladrando, pero en la educación del perro hay implícita una forma de comunicación que hace que el perro llegue a comprender a su dueño incluso cuando este no le esté enseñando ciertas cosas.
Pondré un ejemplo. Tula, me trae las zapatillas, pero es que yo ¡¡¡ no !!! la enseñe a hacerlo
Un día en casa, estaba demasiado juguetona y yo no tenía ganas de marcha. Así que le dije "traeme las zapatillas", al momento, se fue y me vino con una, se volvió a marchar y me trajo la otra. Aluciné.
Al día siguiente, estaba en el sofá y ella tumbada cerca pero sin dormir y se lo volví a pedir. Volvió a hacerlo. No pude más que reír y por supuesto la premié jejejeje
La zapatilla, es un sonido que ella conoce porque las zapatillas siempre fueron su juguete preferido y al oirmelo nombrar, se le quedó la relación entre el sonido de la palabra y el objeto. En su educación, se le enseño la orden "trae" respecto a la correa para salir a la calle.
En su capacidad intelectual relacionó las dos palabras y lo cumplió.
Ella a su vez, me ha enseñado que cuando necesita ciertas cosas, realiza ciertos gestos o posturas para darme información.
Por ejemplo, si le urge mucho salir porque está "suelta de la tripita" jejejeje se sienta cual gato egipcio mirandome de frente muy pegada. El mensaje es "demonos prisa que esto urge"
Si le sucede por la noche. Pone su cabeza al lado de la mía y jadea hasta que me despierta, luego empieza a dar vueltas con intranquilidad. Y hay más de esos ejemplos. Ella me enseña lo que me quiere comunicar.
En un niño, es lo mismo. Si tu necesitas que haga algo, le creas el hábito y le premias ¡¡¡ solo !!! si lo hace bien. Es fácil hacer el experimento.
Deseas que un niño/a se empiece ha hacer la cama, pero ha de hacerla bien.
Le enseñas con paciencia y varias veces el como hacerlo. Cuando empieza a hacerlo solo/a estás presente para corregir amablemente y si el resultado es el optimo, le das una gominola y buenas palabras.
Pasas ha dejar que la haga solo/a sin estar ahí y al comprobar el resultado vuelves a dar el refuerzo positivo, gominola y buenas palabras.
Al poco tiempo, espacias la entrega de las gominolas pero siguen las buenas palabras. Y las sigues espaciando hasta que solo quedan las palabras de aprobación.
Quieres que un niño recoja su plato después de levantarse de la mesa. Pedirselo por favor y darles las gracias funciona y enseña al niño lo que es el agradecimiento, el respeto y las buenas maneras. Algo que de mayor y con la práctica diaria le será más que útil.
Si al niño solo se le recrimina cuando hace las cosas mal, se puede generar en el un conflicto porque ¿y cuando hago algo bien? puede minar su autoestima y no darnos cuenta. Lo más probable que busque esa autoestima en el exterior y ahí, vuelvo a incidir, hay "profesores con información peligrosa".
El perro no buscará la aceptación social que un niño si puede buscar entre sus amigos de la calle, esa ventaja que tenemos con los chuchos.
Los perros no tienen esos condicionantes sociales que sufrimos nosotros. Tienen una vida más sencilla, lo cual es una maravilla. Con los niños debemos bregar con las influencias externas que sufren fuera de la casa.
Si a un perro le enseñas a palos, aprenderá, no lo dudes, un niño también, pero si solo recibe palos, hay muchas posibilidades de que algún día los dos se revuelvan. Con cariño y amabilidad, eso se saca de la ecuación.
En esencia, en lo más básico, educar a un perro y a un niño, es lo mismo. Aunque no suene bien el decirlo jajajaja