Baja edad media y época de los Austrias en Cataluña
Entre las causas económicas que impulsó a los catalanes a aprender la lengua castellana se encuentra el comercio textil catalán, que necesitaba de la lana castellana y Castilla necesitaba de la industria catalana. Además, precisamente los
Trastamara eran los mayores terratenientes de lana en
Castilla. [
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Hacia
1600 Miguel de Cervantes refleja la sociedad barcelonesa en la segunda parte de
El Quijote, y describe que el español era lengua de uso habitual y que los barceloneses se referían a ella como “nuestra lengua” y sobresaliendo la presencia significativa de libros en castellano. Respecto al mercado editorial, en 1490 cuando los primeros impresores alemanes se establecieron en Barcelona, publicaban ya más en castellano que en catalán [
cita requerida], al haber mayor obra escrita en ese idioma y mayor potencial de demanda. La misma imprenta del monasterio de Montserrat se inició muy pronto en la impresión de libros en castellano: así, por ejemplo en 1500 se publicaron dos obras de García de Cisneros, "Directorio de las horas canónicas" y "Exercitatorio de la vida espiritual".
5 Más recientemente la profesora titular de la
Universidad del País Vasco, Mº Milagros Ronco López afirmó que "la tendencia castellanizadora del mercado editorial barcelonés desde finales del siglo XVI y durante el período siguiente se produjo, sobre todo, por intereses de mercado de los editores y libreros de Barcelona."
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En el
siglo XV la nobleza, el clero, los literatos y los comerciantes catalanes ya dominaban el castellano Septiembre de 2009[
cita requerida]. No era, sin embargo, la lengua habitual en Cataluña. El catalán
Manuel Milá y Fontanals (
siglo XIX) refiere que los romances castellanos eran tradicionales en Cataluña ya en la
Baja Edad Media y como afirma
Rafael Lapesa en su «Historia de la Lengua Española», al florecimiento del castellano en el siglo XVI
"contribuyeron catalanes como Boscán, compañero de Garcilaso en la renovación de nuestra poesía".
En el
siglo XVI el
tortosino Cristòfol Despuig (en su obra «
Col·loquis de la insigne ciutat de Tortosa») comenta que en las ciudades grandes y en los pueblos que están junto a los caminos reales apenas queda ya nadie que no sepa hablar castellano. En ese siglo y durante los dos siguientes desaparece progresivamente y casi por completo la literatura culta en catalán, reemplazado principalmente por el castellano.
El prestigio del que gozaba el castellano lo demuestra el hecho de que en
1640 (74 años antes de los Decretos de Nueva Planta) tras la muerte del
conseller Pau Claris en la
Sublevación de Cataluña, se le dedicaron unas emotivas "Nenias" fúnebres en castellano. Un año después, en 1641, se comienza a publicar por el impresor Jaume Romeu la
Gazeta bajo el epígrafe
Noticias generales venida a Barcelona el periódico más antiguo de la península.
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