albert76
Forer@ Senior
Sin verificar
Hoy he tenido una experiencia agridulce. Un colega me llama y me dice que me tiene que enseñar un nuevo nene. Le pregunto cuál es y me dice que ya lo veré.
Me encanta el Omega Speedmaster y he hecho un "ooohhhh!" al verlo ahí en su cajita, y más siendo el Speedmaster 50 aniversario. Su cristal de zafiro abombado, ese diseño como antiguo que no ha perdido ni un ápice de su modernidad, el caballito de Omega en la esfera, el precioso armis, el grabado el fondo...
Pues va el tío y me dice: "ahora viene lo bueno: es falso!"
Me he quedado de piedra. Lo que tenía en mis manos era un reloj chino, copiado con una perfección que me ha dejado flipando colores. De fuera, porque dentro me ha dicho que lleva un movimiento Miyota japonés. Supongo que una inspección más detallada, acarándolo con el verdadero, sacaría a la luz defectos, pero tengo que reconocer que a mí me la ha metido doblada.
Y de ahí me viene el sabor agridulce: por un lado, tengo que reconocer que el trabajo de estos chinos es simplemente impresionante, cómo copian de bien los cabrones. Pero por otro me cabrea un huevo que pasen cosas así.
Al compañero, que está registrado en este foro aunque apenas interviene (qué pasa, tito!!!) y al que ya le he dicho que iba a comentar el tema (aunque no diré su nombre, faltaría más), le encanta la relojería. Más o menos me ha dicho: mira, las cosas no están bien y me llegaron tan buenas referencias de este reloj, que me lo compré. Es un reloj que admiro profundamente y aunque sea una copia, estoy seguro que voy a disfrutar llevándolo, en cuanto pueda me compro el original, pero igual pasan años y mientras tanto...
En fin, esta es la historia agridulce que os quería contar.
Me encanta el Omega Speedmaster y he hecho un "ooohhhh!" al verlo ahí en su cajita, y más siendo el Speedmaster 50 aniversario. Su cristal de zafiro abombado, ese diseño como antiguo que no ha perdido ni un ápice de su modernidad, el caballito de Omega en la esfera, el precioso armis, el grabado el fondo...
Pues va el tío y me dice: "ahora viene lo bueno: es falso!"
Me he quedado de piedra. Lo que tenía en mis manos era un reloj chino, copiado con una perfección que me ha dejado flipando colores. De fuera, porque dentro me ha dicho que lleva un movimiento Miyota japonés. Supongo que una inspección más detallada, acarándolo con el verdadero, sacaría a la luz defectos, pero tengo que reconocer que a mí me la ha metido doblada.
Y de ahí me viene el sabor agridulce: por un lado, tengo que reconocer que el trabajo de estos chinos es simplemente impresionante, cómo copian de bien los cabrones. Pero por otro me cabrea un huevo que pasen cosas así.
Al compañero, que está registrado en este foro aunque apenas interviene (qué pasa, tito!!!) y al que ya le he dicho que iba a comentar el tema (aunque no diré su nombre, faltaría más), le encanta la relojería. Más o menos me ha dicho: mira, las cosas no están bien y me llegaron tan buenas referencias de este reloj, que me lo compré. Es un reloj que admiro profundamente y aunque sea una copia, estoy seguro que voy a disfrutar llevándolo, en cuanto pueda me compro el original, pero igual pasan años y mientras tanto...
En fin, esta es la historia agridulce que os quería contar.