Goldoff
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Tripulación
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El pasado jueves tuve ocasión de asistir a la fiesta que el club Revolution organizó en la boutique Montblanc de Barcelona. Se trataba de presentar -más bien de recordar- la incorporación de la marca a la Alta Relojería desde que se hizo en exclusiva con los servicios de lo que fue Minerva, en Villeret, y de acercar al gran público (el no freaky como nosotros ) qué es y cómo se hace.
Ante todo, la presentación por parte del consejero delegado y del responsable del servicio técnico, Bartu Gomila, quien nos habló entre otras cosas del Exo Tourbillon, presentado en el SIHH de este año donde el volante "sale" de la jaula para conseguir una mayor estabilidad.
Foto de Watchprosite:
Para mi sorpresa, había preparada una mesa de relojero de tres plazas dispuesta con sus batas y todo:
También había un calibre MB R200, correspondiente al crono Rieussec, protegido dentro de una cápsula de metacrilato. Este no es de Minerva sino de la propia Montblanc, lo que deja claro que esta marca está buscando su lugar por méritos propios más allá de la compra de Minerva en 2006.
Los acabados, espectaculares
Pero esta vez, contra lo que viene siendo habitual, no nos presentaron el despiece del calibre ni cómo hacerlo: las herramientas eran más... ¿artesanas?
Bartu empezó por mostrarnos cómo se trabaja el acero para darle ese hipnotizante color azulado que solemos ver en los movimientos más elaborados. Se elige una palanca de crono cualquiera...
... y se pone a fuego lento sobre el mechero de alcohol hasta alcanzar los 300º. La operación tarda unos quince minutos, y es de admirar la capacidad y amenidad de Bartu para mantener la atención de su público durante ese tiempo en el que parecía estar cocinando una minúscula tortilla...
Finalmente, este es el resultado. Por cierto, esa terminación en forma de flecha no tiene una función específica: alude a la punta de la lanza que la diosa Minerva lleva en la mano.
No contento con eso, nos mostró cómo se realiza el "anglage" a mano: con papel de agua, pasta abrasiva y mucha, mucha paciencia (y mucha habilidad):
Un puente de crono después de unos minutos de trabajo. Obviamente, cuando va en serio se tarda un poquito más...
Tan fácil lo puso que consiguió que parte del público se atreviera con ello. Igual despierta talentos dormidos...
Mientras, tuve tiempo de ver algunas de las maravillas de Villeret, como el Grande Seconde Autentique.
47 mm de vellón.
Esos acabados son impresionantes. A destacar el guilloché, que gana mucho (más) en directo...
... sin dejar de lado esa trasera:
47mm son muchos, incluso para un Luminor de 44...
Por cierto, que la tapa que cubre el fondo transparente (sistema patentado con mecanismo entre las asas) trae la firma del maestro relojero en jefe de Minerva: Demetrio Cabiddu.
También tuve ocasión de retratar el "Grande Seconde au Centre Retour-a-Zero", rimbombante nombre que denomina otra maravillosa criatura mecánica cuyos mayores encantos también residen en la parte de atrás...
Detalle de la flecha de Minerva:
En resumen, una fiesta con mucho glamour, sí, pero con indudable atractivo para los aficionados.
Bravo por esa organización
En Enero, más (espero).
Ante todo, la presentación por parte del consejero delegado y del responsable del servicio técnico, Bartu Gomila, quien nos habló entre otras cosas del Exo Tourbillon, presentado en el SIHH de este año donde el volante "sale" de la jaula para conseguir una mayor estabilidad.
Foto de Watchprosite:
Para mi sorpresa, había preparada una mesa de relojero de tres plazas dispuesta con sus batas y todo:
También había un calibre MB R200, correspondiente al crono Rieussec, protegido dentro de una cápsula de metacrilato. Este no es de Minerva sino de la propia Montblanc, lo que deja claro que esta marca está buscando su lugar por méritos propios más allá de la compra de Minerva en 2006.
Los acabados, espectaculares
Pero esta vez, contra lo que viene siendo habitual, no nos presentaron el despiece del calibre ni cómo hacerlo: las herramientas eran más... ¿artesanas?
Bartu empezó por mostrarnos cómo se trabaja el acero para darle ese hipnotizante color azulado que solemos ver en los movimientos más elaborados. Se elige una palanca de crono cualquiera...
... y se pone a fuego lento sobre el mechero de alcohol hasta alcanzar los 300º. La operación tarda unos quince minutos, y es de admirar la capacidad y amenidad de Bartu para mantener la atención de su público durante ese tiempo en el que parecía estar cocinando una minúscula tortilla...
Finalmente, este es el resultado. Por cierto, esa terminación en forma de flecha no tiene una función específica: alude a la punta de la lanza que la diosa Minerva lleva en la mano.
No contento con eso, nos mostró cómo se realiza el "anglage" a mano: con papel de agua, pasta abrasiva y mucha, mucha paciencia (y mucha habilidad):
Un puente de crono después de unos minutos de trabajo. Obviamente, cuando va en serio se tarda un poquito más...
Tan fácil lo puso que consiguió que parte del público se atreviera con ello. Igual despierta talentos dormidos...
Mientras, tuve tiempo de ver algunas de las maravillas de Villeret, como el Grande Seconde Autentique.
47 mm de vellón.
Esos acabados son impresionantes. A destacar el guilloché, que gana mucho (más) en directo...
... sin dejar de lado esa trasera:
47mm son muchos, incluso para un Luminor de 44...
Por cierto, que la tapa que cubre el fondo transparente (sistema patentado con mecanismo entre las asas) trae la firma del maestro relojero en jefe de Minerva: Demetrio Cabiddu.
También tuve ocasión de retratar el "Grande Seconde au Centre Retour-a-Zero", rimbombante nombre que denomina otra maravillosa criatura mecánica cuyos mayores encantos también residen en la parte de atrás...
Detalle de la flecha de Minerva:
En resumen, una fiesta con mucho glamour, sí, pero con indudable atractivo para los aficionados.
Bravo por esa organización
En Enero, más (espero).