De primeras Mr. Jones, coincido en que en la quinta hay momentos que vaya, vaya... pero aguanta el tipo y al final ¡Baltimore! (no creo que esto pueda considerarse spoiler, si es así entiendo que sea editado).
Había leído algunos de los comentarios de David Simon, pero creo que no es afinado y se basa demasiado en los lugares comunes sobre Chéspir, que en el mundo anglosajón son muchos y muy presentes, yo coincido con Bloom en que Chéspir es el inventor de "lo humano", el autor que pasa de los personajes diseñados (como los de Marlowe, que a mí también me gusta) a personajes vivos que evolucionan y que se nota, se siente, que tienen una vida más allá de su presencia en la obra, una vida que hace densa su actuación, que influye y es influida por lo que vemos en escena. Aquí, excepto Mc Nulty, que es personaje más plano, todos tienen esa entidad, que pesa a lo largo de la serie. Siendo una serie de género conseguir personajes así es muy difícil, y lo hacen muy bien.
En las tragedias de Sófocles el personaje intenta esquivar, en muchos casos conscientemente, un destino anunciado y no hay tu tía, ya puede Edipo irse a la Conchinchina que está bien jodido porque sí o sí se va a cepillar a mamuchi. Sobotka es igual, ya digo que es mi personaje favorito y me emociona incluso pensar en él. En las tragedias de don Guillermo también acaban mal los protas, pero en este caso sabemos que la cosa va a ser chunga, pero no sabemos cómo va a terminar mal, es la actuación humana de los personajes, sus interacciones, las que lo causan (fijémonos en los equívocos de Romeo y Julieta, el guirigay que se monta en Hamlet, o todo lo que pasa en Lear), es en este aspecto en el que The Wire creo que se identifica plenamente. Excepto Sobotka y quizá a partir de un punto DiAngelo, que sabemos desde el principio que tiene en contra fuerzas superiores a él, los demás personajes determinan sus destinos por su interactuación y no sabemos qué les va a pasar, no son dueños de sus destinos, pero sí que son los que los dirigen hacia las fuerzas que terminan engulléndolos.
Por cierto: me encanta leerte, un gusto y un placer.
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