Una historieta.
Desde hace mucho tengo un clasico Oister y un Daytona.
El Daytona (un 6263) me lo compre en USA, en viajes que hacia por trabajo, en el mil novecientos setenta y tantos, me costo alrededor de 600 dolares, ya ni me acuerdo. El Oister me lo compre en una tienda Rolex de Madrid en Gran Via, que ya ha desaparecido, tambien por aquella epoca y tampoco me acuerdo de su precio pero creo que era sobre las sesenta mil pesetas de entonces.
El Oister no se me caia de la muñeca, el Daytona era para mi una curiosidad asi como algun otro crono que tambien tengo desde hace años.
El tamaño era para mi parecido en los dos y el armis igualito.
Uno de los problemas que siempre he tenido con el Rolex que era que la corona me acababa haciendo una especie de señal en la mano, por el roce, era mas acusado en el Daytona por la triple corona.
Otro de los problemas que yo tengo con los relojes es la falta de contraste entre la esfera y la agujas (debido a que desde hace muchos, muchos años he trabajado con ordenadores y la vista se me ha resentido), y ese contraste era mas difuso en el Daytona porque la esfera es blanca y las agujas color metal, mientras que en el Oister las agujas son negras.
En fin que el Daytona era una curiosidad, como otros que tengo con bastantes años (Breitling, Hamilton, Vulcain).
Pero, mira tu por donde, me meto en este foro y de pronto descubro que el Daytona es la joya de la corona, vamos que es lo mas, y me alegro hombre, me alegro por mi, pero que conste que mi reloj ha sido siempre el Oister, ademas en todos estos treinta años yo nunca he sido consciente de que hubiera una gran diferencia de precio entre ambos relojes, en parte sera porque uno lo page en Dolares en NY y el otro en pesetas en Madrid.
Para finalizar, ahora utilizo un GMT Master II en el que veo sus agujas de noche y de dia divinamente. El Oister se me ha quedado como un poco pequeño aunque tambien lo utilizo y el Daytona ahora ni lo toco, es algo asi como si tuviera un Renoir y hubiera de conservarlo sin que le de el aire.
Pero claro, ya no es un reloj, ahora en un Renoir.