En cualquier caso, imagino que las que se dieran de alta lo harían de forma voluntaria.
Si su actividad les permite enriquecerse lo lógico es que contribuyan también fiscalmente. Por qué se puede hacer un chiste de un camarero y no de una prostituta legal. Ambos trabajan, ambos pagan sus impuestos y la legalidad les ampara. ¿Dónde está la mezquindad o la vejación. Bienvenida la libertad. Saludos
El tema de la prostitución es bastante complejo como para encuadrarlo en clichés del tipo "hago con mi cuerpo lo que me da la gana" o "ganan más que yo en la oficina y trabajando media hora al día, luego son unas privilegiadas", o como para creer que ciertas realidades que nos presentan los medios de universitarias liberadas que se levantan decenas de miles de euros al mes por prestar sus servicios a respetables y atractivos canosos, son la generalidad.
QUien haya trabajado con estos colectivos desde un punto de vista terapeútico sabrá de lo que hablo:
- Aunque la prostitución sea voluntaria (que ya deja fuera gran parte de los casos), la prevalencia de desórdenes psiquiátricos, baja autoestima, trastornos de personalidad, historial de abusos o malos tratos por padres/parejas, abuso de drogas, escaso cociente intelectual, condiciones de penuria económica entre las prostitutas es alarmante respecto al resto de la población. Además las condiciones propias de su trabajo no hacen sino agravar estos factores, eso cuando no los provocan directamente.
- SI hay algo con lo que puede compararse la prostitución para aquel que no esté familirarizado con su faceta más oscura es con los malos tratos en el seno de la pareja: en los malos tratos tb. suele haber voluntariedad por parte de la mujer, que se resiste en muchos casos a dejar a su maltratador, lo justifica, disculpa e incluso lo sigue queriendo. Un observador externo podría decir que ella sabrá, que por algo le interesea seguir con él o que incluso lo disfruta. Un observador más informado sabrá que las maltratadas son, como las dorgadictas, como las prostitutas, gente con factores de riesgo que caen en unos círculos viciosos negativos que les minan la autoestima y la salud mental y física y de los que, sin ayuda especializada es muy difícil salir. Esa supuesta "voluntariedad" no es tal, sino el producto de enfrentar unas situaciones de stress con una personalidad que no está preparada para afrontarla, que ha sido minada tras los años, y que necesita ayuda.
Pero por supuesto a otros muchos les encantará mirar para otro lado, pagar 50 euros por engañar a su mujer con alguien que podría ser su hija y creer que encima les están haciendo un favor. Y perderse en debates baldíos sobre impuestos y legalización, en vez de contemplar la dura realidad del mundo de la prositución...