josera15
Habitual
Sin verificar
Este sábado iba a ser un día muy especial para mí. Después de darle muchas vueltas, decidí adquirirlo. Por fin iba a recoger mi Rolex Submariner Date 116610LN. ¡Que nervios! Pero no penséis que me he equivocado de foro. Vamos por partes.
Entro en la joyería, saludo de rigor y digo que vengo a recoger el Rolex que tenía encargado. El reloj es una pasada. Se me cae la baba. Lo miro, me lo pruebo y pido que me ajusten el armis, mientras otro empleado se encarga de rellenar y dar de alta la garantía.
Mientras tanto, miro los expositores centrándome en la zona destinada a Omega. De repente, algo llama poderosamente mi atención. Entre la variedad de Planet Ocean, Aqua Terra, Seamaster, sobresale un reloj. ¡No puede ser! Ante mis ojos se encontraba un Speedmaster con una preciosa esfera azul y las correspondientes subesferas blancas. Después de pellizcarme para comprobar que no era un sueño y con la voz temblorosa, me dirijí al dependiente:
- Por favor, ¿Ese reloj es un Gemini IV?
- Si señor, lo teníamos olvidado en stock y hemos decidido sacarlo al expositor.
- ¿Me lo puede enseñar?
- Si, claro.
- Me lo llevo.
Así, de la manera más inesperada, he conseguido el que, en mi opinión, es uno de los Speedmaster más bonitos que existen, si no el que más. Y lo mejor de todo es que está completamente nuevo. Un reloj que pensaba que nunca conseguiría tener, dado el tiempo que lleva descatalogado y el escaso número de piezas que se fabricaron.
Salí de la joyería más feliz que una perdiz con el Rolex Sub Date en una muñeca y el Spedmaster Gemini IV en la otra, metafóricamente hablando. Una vez pasada la euforía inicial, un pensamiento ensombreció un poco mi ánimo... A ver cómo le explico esto a mi mujer. Todavía no he tenido el valor suficiente para meterlo en la caja con los demás. De momento, le he buscado un hueco temporal escondido en un cajón de mi despacho, hasta que se me ocurra la excusa perfecta. Lo tengo complicado porque mi mejor excusa, la de regalármelo por mi 40 cumpleaños, ya la he gastado con el Submariner.
Aquí lo tenéis.
Entro en la joyería, saludo de rigor y digo que vengo a recoger el Rolex que tenía encargado. El reloj es una pasada. Se me cae la baba. Lo miro, me lo pruebo y pido que me ajusten el armis, mientras otro empleado se encarga de rellenar y dar de alta la garantía.
Mientras tanto, miro los expositores centrándome en la zona destinada a Omega. De repente, algo llama poderosamente mi atención. Entre la variedad de Planet Ocean, Aqua Terra, Seamaster, sobresale un reloj. ¡No puede ser! Ante mis ojos se encontraba un Speedmaster con una preciosa esfera azul y las correspondientes subesferas blancas. Después de pellizcarme para comprobar que no era un sueño y con la voz temblorosa, me dirijí al dependiente:
- Por favor, ¿Ese reloj es un Gemini IV?
- Si señor, lo teníamos olvidado en stock y hemos decidido sacarlo al expositor.
- ¿Me lo puede enseñar?
- Si, claro.
- Me lo llevo.
Así, de la manera más inesperada, he conseguido el que, en mi opinión, es uno de los Speedmaster más bonitos que existen, si no el que más. Y lo mejor de todo es que está completamente nuevo. Un reloj que pensaba que nunca conseguiría tener, dado el tiempo que lleva descatalogado y el escaso número de piezas que se fabricaron.
Salí de la joyería más feliz que una perdiz con el Rolex Sub Date en una muñeca y el Spedmaster Gemini IV en la otra, metafóricamente hablando. Una vez pasada la euforía inicial, un pensamiento ensombreció un poco mi ánimo... A ver cómo le explico esto a mi mujer. Todavía no he tenido el valor suficiente para meterlo en la caja con los demás. De momento, le he buscado un hueco temporal escondido en un cajón de mi despacho, hasta que se me ocurra la excusa perfecta. Lo tengo complicado porque mi mejor excusa, la de regalármelo por mi 40 cumpleaños, ya la he gastado con el Submariner.
Aquí lo tenéis.
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