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Si el reloj es una pasada. Un relojazo. Y será verdad que para conseguir un reloj cerámico gris hay que meterlo en un horno galáctico a choporrocientosmillones de grados quince minutos como si fuese una pizza. No lo sé. Yo soy de letras. Pero no puedo evitarlo, cada vez que veo una cosa de estas me acuerdo de los anuncios en que le venden a las maris un detergente diciendo que tiene no se cuantos mil millones de partículas de carbón activado o un yogurt con lcasey inmunitas. Y eso para que sirve? pues a lo mejor para nada, pero da igual.
A veces me parece una carrera un poco grotesca por inventarse procedimientos de fabricación abracadabrantes y absolutamente innecesarios y luego poder anunciarlos convenientemente y cobrar un precio acorde a ello.
La cosa no va con con este reloj en concreto, que es una maravilla. Ni por Omega. Es una reflexión general sobre determinadas formas de diseño y publicidad del producto a la que no son ajenas muchas marcas, y entre ellas algunas de relojes.
EMHO, por supuesto